Recién nacido agarrando la mano de su madre©AdobeStock

Recién nacido

¿Por qué no se deben poner manoplas al recién nacido?

Es muy habitual, pero no recomendable. Aunque existe la costumbre de cubrir las manitas de los recién nacidos con manoplas, no se debe hacer. Te contamos todas las razones.

En cada país hay una forma de vestir y una serie de rutinas de cuidados en relación al recién nacido. En España, en la maleta con todo lo que hará falta para acudir a la maternidad, se suelen incluir manoplas para esos primeros días. Pero no son necesarias y, además, pueden interferir en algunos aspectos importantes.

La Dra. Marta Garín Montañez, pediatra con consulta en Málaga (www.dragarinpediatra), nos explica todos los motivos para no poner manoplas o prendas similares en las manitas del bebé.

¿Por qué se suelen poner las manoplas?

Hay un aspecto que suele llamar mucho la atención de los padres recientes. Y es que el bebé llega al mundo con las uñas bastante largas. Le han empezado a crecer durante el periodo fetal y cuando llega al mundo extrauterino no aparecen recortaditas sino ya bastante desarrolladas.

En esos primeros días, es habitual que el neonato realice movimientos con las manos y los brazos: se las lleva a la cara, las sube, las baja... Y en esas circunstancias puede arañarse. De hecho, es muy habitual que lo haga. Para evitarlo, existe la costumbre de ponerle manoplas o, incluso, si los padres no disponen de ellas, ajustarle unos calcetines pequeños en las manos.

Pero no es nada recomendable. Se evita que se arañen, pero también se les priva de información sensorial muy importante.

Manos de bebé, padre y madre©AdobeStock

¿Qué pasa cuando el recién nacido lleva manoplas?

El bebé ha permanecido nueve meses en el interior de su madre, con una temperatura constante, flotando en el líquido amniótico, y muy protegido de sonidos y cambios externos.

Pero cuando nace, todo eso desaparece y tiene que acostumbrarse a un mundo cambiante y lleno de nuevos estímulos. Sus sentidos, vista, oído, tacto, gusto y olfato, se ponen en marcha para ayudarle a ‘establecerse’ en su nuevo hábitat. Necesita de todos. Por ejemplo, el olfato le va a ayudar en sus primeros instantes de vida a ir reptando hacia el pecho de su madre para tomar su leche. El oído le calma, pues percibe los latidos del corazón de ella, los mismos que tenía en el útero materno.

En esa adaptación, el tacto también juega un papel destacado. Así, cuando al niño se le ponen manoplas se le está privando de un sentido fundamental. “Se interfiere en la relación con la madre y, por tanto, en el correcto establecimiento de la lactancia”, explica la Dra. Marta Garín. Es así porque, sin que nadie haga nada, el recién nacido será capaz de dirigirse hacia el pecho de su madre para hacer su primera toma.

“El bebé va a usar este sentido para tocar a su mamá, para localizar el pecho, e incluso se va a ayudar de las manos a veces para masajearlo y aumentar la extracción de leche”, destaca la especialista (@dragarinpediatra, en Instagram).

Pero, si esto fuera poco, el sentido del taco “ayuda al bebé a situarse, a localizarse en el mundo, forma parte de la propiocepcion”, insiste la experta. Gracias a la propiocepción el niño toma conciencia de su propio cuerpo y del lugar que ocupa. Es una capacidad que también se empieza a gestar durante los nueve meses de embarazo y que se perfecciona cuando el bebé nace.

Entonces, ¿cómo evitamos los arañazos?

No hay que esperar varios días para cortar las uñas del bebé. “Pueden cortarse desde el primer día, siempre y cuando se haga con seguridad”, advierte la pediatra.

Es una tarea que puede dar cierto miedo, pero a la que los recientes padres se acostumbran enseguida. Eso sí, tiene una serie de reglas, según detalla la Dra. Garín:

  • No se deben cortar en el baño. No se debe aprovechar el momento del baño para cortar las uñas del bebé. Es cierto que el pequeño puede estar más relajado (aunque a algunos recién nacidos no les gusta ese momento), pero al estar más blandas se puede cortar más de la uña, parte de tejido, haciendo daño al bebé. Por tanto, es mejor, cortarlas cuando estén secas.
  • Usar utensilios especiales de bebé. En el mercado hay tijeritas y limas especiales para bebés. Las primeras suelen tener la punta roma para que en ningún caso puedan clavarse, aunque el niño haga un movimiento inesperado.
  • Cortarlas en línea recta. Las uñas de los bebés se cortan siempre en línea recta; no se redondean, para evitar que puedan encarnarse y provocar algún daño e incomodiad en el pequeño.
© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.