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Este sábado 21 de octubre, la influencer Marta Pombo ha dado el 'sí quiero' al odontólogo vizcaíno Luis Zamalloa en una emotiva ceremonia civil que ha tenido lugar en el restaurante La Borda del Mentidero, en Madrid, y que ha estado cargada de enternecedores detalles, representativos del amor que esta pareja se ha profesado ante sus más queridos amigos y familiares. Ha sido una boda que ha coincidido, además, con el primer cumpleaños de su hija Matilda y para la cual la novia ha depositado su confianza en el diseñador Jorge Redondo en lo que respecta a la confección del esperado vestido. Después de todo, es él quien ha firmado sus looks en otras ocasiones especiales para la conocida familia, como la boda de su hermana Lucía con Álvaro López Huertas.
Marta Pombo nos deslumbra con un vestido drapeado de falda 'suspiro'
Radiante de blanco impoluto, Marta se ha casado con un vestido de costura a medida, confeccionado en crepe de seda, que destaca por su falda de más de 30 metros de bambula de seda. Toda una obra de artesanía, cuyo exquisito tejido aparece a su vez drapeado en el pecho del diseño, así como en los tirantes, que se presentan encima de un cuerpo de tul ligero de seda.
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Desde hacía semanas, las hermanas de la novia nos han ido dando sus primeras impresiones sobre el traje nupcial que luciría Marta en este día especial, aunque solo se conocía con seguridad que detrás del diseño se encontraba el modisto Jorge Redondo, un favorito de las influencers destacadas de nuestro país que ha enamorado a las invitadas más estilosas con sus femeninas creaciones, distinguidas por impresionantes volúmenes o detalles de aires vintage. "Estoy nerviosa, vas a ir tan guapa...", indicaba María el pasado mes de abril, cuando acompañó a la novia a ver los bocetos inciales del vestido. "Me ha gustado muchísimo", decía Lucía.
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Cómo fue el proceso de confección del vestido de novia
Poco antes de la una de la tarde, se desvelaba el secreto mejor guardado de toda boda, y podíamos descubrir el impresionante look de Marta en su gran día. Para conocer los detalles tanto del vestido que ha llevado para dar el 'sí, quiero' como del que ha lucido en la fiesta posterior, nadie mejor que el propio Jorge Redondo, quien nos detallaba los entresijos del proceso que ha llevado a materializar estos estilismos.
Con respecto al primero, explicaba: "Marta quería un vestido actual y moderno, que fuera ella totalmente. Elegimos hacer un diseño con diferentes tejidos de seda y una gran falda muy ligera, a ella le gusta llamarle suspiro, y es que es lo que siempre hemos trabajado", y nos detallaba que comenzaron el proceso hace 6 meses.
Un accesorio crucial en cualquier enlace, más allá de los pendientes o del velo, es el ramo nupcial. Desde Ferini, el estudio floral que se ocupó tanto de este detalle del look de la novia como de la decoración, nos comentan que Marta lleva un bouquet de magnolio con rosas blancas de jardín, una combinación elegante que se mantuvo a su vez en la ambientación de la ceremonia. Si bien no estamos en época de flor de magnolio, han conseguido dar con un resultado luminoso de aspecto clásico, en el que prima el color blanco.
En cuanto al look de belleza, no cabe duda de que su recogido de moño trenzado bien pulido, ha sido una elección acertada porque nos permite apreciar el escote del diseño en su totalidad, desde el cuello alto plisado hasta los drapeados entrelazados sobre el pecho. Además, deja a la vista sus bonitos pendientes, una joya personalizada de Suarez realizada a través de su servicio Sur Mesure. Tras un proceso en el que se trabajó con cuidado cada detalle, consiguieron dar con la pieza perfecta: unos pendientes únicos en oro amarillo de 18K con diamantes y rubíes cuyo diseño está inspirado en el imaginario histórico de la firma.
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Los detalles del segundo vestido: flores de cristales y una romántica capa
Además del traje que Marta ha llevado en su ceremonia, el diseñador, natural de Cáceres, ha ideado un segundo vestido de costura a medida para la celebración posterior, que también ha tenido lugar en La Borda del Mentidero, un reputado restaurante ubicado a las afueras de Madrid de decoración de vanguardia.
No menos llamativo que su primer look, se trataba de un minivestido de escote palabra de honor y silueta entallada confeccionado en crepe bordado a mano con más de 500 flores de cristal y, por si fuera poco, está dotado con una romántica capa de muselina de seda sobre uno de los brazos.
Para completar esa imagen más desenfadada y moderna, la novia ha querido también deshacerse del recogido inicial y soltar su melena, luciéndola con unas ondas muy naturales. Marta también cambió sus pendientes. En este caso lució una sofisticada y elegante joya en oro blanco de 18K con diamantes en talla pera, oval y brillante de la colección Grace de Suarez
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