Melania Trump estrena su mono más clásico en su primer acto de 2020

Sin dejar de lado la elegancia pero optando por la discreción, la Primera Dama opta por los cuadros en blanco y negro en una de las etapas más tensas de EE.UU

Por María Peña

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Melania Trump, han inaugurado su agenda oficial del 2020. El presidente y su esposa recibieron ayer al Primer Ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, y a su mujer, Mareva Grabowski-Mitsotakis, en la Casa Blanca como su primer acto del nuevo año desde las vacaciones navideñas. Melania, que es toda una experta en lucir estilismos con mensaje o bien por su diseño o bien por su vocación polémica, ha apostado por un atuendo que se aleja de complicaciones y se presenta como uno de los looks más clásicos que ha lucido últimamente. La Primera Dama parece haberse despedido de la moda llamativa por la que se ha decantado en múltiples ocasiones hasta hace apenas un mes, y ha optado por un mono de tweed con estampado de cuadros en blanco y negro. ¿Está queriendo transmitiendo un mensaje de sobriedad en este momento de tensión política en su país?

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La pieza escogida por Melania es un mono de Chanel cin un estilo muy característico de la firma. Con estampado de cuadros en blanco y negro, el modelo está realizado en tweed y cuenta con un cierre de cremallera frontal. Su pernera ancha de largo hasta los tobillos permite ver el inicio de las botas que la Primera Dama eligió para combinar con su mono, un diseño de ante negro con caña alta y fino tacón, en concreto el modelo Tournoi, de Christian Louboutin, que ya ha lucido en otros actos. Para completar su atuendo, optó por un cinturón negro que, al ajustarse en la cintura, marcaba y estilizaba visualmente la figura. Fiel a su habitual peinado de melena suelta que cae por debajo de los hombros con ondas deshechas, Melania se ha mostrado conservadora en lo que a moda se refiere decantándose por un look discreto.

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La Primera Dama prescindió de joyas y accesorios y se decantó por un maquillaje en clave natural, muy acorde con el tipo de evento de día en el que se encontraba. A pesar de recurrir, una vez más, a uno de sus estampados favoritos, los cuadros, esta vez ha dejado de lado las gamas cromáticas vivas. En su lugar ha optado por el eterno tándem infalible del blanco y el negro, igual que hiciera su predecesora más admirada en cuestión de estilo en un momento político decisivo: durante la campaña electoral de su marido, Jackie Kennedy Onassis también lució un conjunto en estos colores tan sobrios. 

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