El cuestionario de la felicidad de Mariló Montero

La periodista nos habla de algunas de sus vivencias más intimas, en las que no faltan el recuerdo de su madre y su ciudad natal, Estella

Mariló Montero
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La carismática periodista navarra nos pone sobre la pista de esas pequeñas cosas y vivencias íntimas -desde el recuerdo de su madre y su ciudad natal, Estella, a los viajes que hizo con la mochila a cuestas y las botas puestas- que la hacen feliz.


Mariló Montero©D.R.
Tu persona favorita.

Aquella en la que pienso sin siquiera proponerme pensar. Aquella que es capaz de henchir mi alma y calmarla. Aquella que sin hablarme me da la respuesta perfecta. Aquella que me dio la vida y la vida me quitó: mi madre.

Un domingo perfecto.

Desayunar con mis vecinos. Conocer un nuevo lugar con mis amigos. Comer hasta el gin tonic con mi familia. Ir al teatro, cenar con mis amigas. Ver de madrugada una buena película en casa y trasnochar.

Tres objetos que te hacen feliz.

El anillo de mi madre que simboliza su permanente abrazo. El anillo de mi tía Lola que siempre es mi inspiración. Mis pulseras de África, con quien el mundo rico tiene una cuenta pendiente.

¿Qué canción te pone las pilas?

Para el gimnasio, temas rítmicos de actualidad. Para escribir, el Réquiem de Mozart. Para leer, instrumentales de piano. Para divertirme y bailar: los 80. Pero mi cultura musical la conforman los 70, que heredé de mi hermano mayor; Frank Sinatra y Rocío Dúrcal, por mis padres, y Rod Stewart, Elvis Presley, Luis Miguel… por mi propia experiencia vital.

El plato por el que te saltas la dieta.

No es un plato, es el vino. Cuando debo emprender una dieta, respeto toda las directrices cual monje budista. Pero cuando no, yo viviría de pan y vino, como Marcelino.

Tu mejor recuerdo de la infancia.

Nos criamos a la orilla de un río de agua fría y remolinos. Pescábamos cangrejos en el molino de mi tío Luis y siempre vivía descalza sobre piedras, tierra, barro y hierba. Siento aún la libertad y la frescura de aquella infancia rodeada de mis tres hermanos, para los que yo era un juguete.

El viaje de tu vida.

Todos aquellos que he hecho con la mochila al hombro y las botas. Irán, donde me dolió tener que asumir las limitadas libertades de las mujeres. O África, donde niños de cualquier edad tienen que picar piedras. Me llevé a mis hijos para abrirles la mente.

Un pensamiento alegre antes de irte a dormir.

Que mañana me levantaré por un proyecto nuevo. Un lugar al que volver. Siempre, a mi hogar, a mi casa, con mi familia, con mis amigas, a Estella.

¿Cuál es tu hora favorita?

La que reservo con celo y dedico para mí: el gimnasio.

Una app que nunca te falla.

La radio, la escucho permanentemente.

Tu remedio antiestrés infalible.

Decorar casas, ordenarlas, restaurar muebles.

¿Qué te arranca una carcajada?

El humor de los monologuistas que relatan historias sin aparente esfuerzo. Las tonterías sinceras.

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