¿Te da mucho bajón el frío? Podrías sufrir un TAE

Es el acrónimo de trastorno afectivo estacional y las personas que lo sufren se sienten más tristes y fatigadas. Te explicamos por qué y qué puedes hacer para sentirte mejor.

Por hola.com

Es posible que con el cambio de tiempo y las lluvias te hayas sentido más melancólica o, incluso, más tristona o cansada. El cambio de hora también ha podido influir en este estado de ánimo más bajo. Pero hay personas que se sienten especialmente tristes cuando bajan las temperaturas. ¿Por qué ocurre esto? Y, sobre todo, qué podemos hacer para sentirnos mejor. Nos lo explica María Calle, psicóloga de bluaU de Sanitas. 

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¿Por qué estamos de bajón con cuando hace más frío?

Con la llegada de la estación otoñal e invernal, la disminución de las horas de luz solar se convierte en un fenómeno que no solo transforma el clima, sino que también ejerce una profunda influencia en el bienestar emocional y mental de muchas personas. A medida que los días se acortan y las noches se alargan, ciertos individuos experimentan alteraciones notables en su estado de ánimo y energía, un fenómeno ampliamente reconocido como el Trastorno Afectivo Estacional (TAE).

Según los datos del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, el TAE afecta a una proporción de la población que oscila entre el 1 y el 10%, y se caracteriza por la aparición de síntomas depresivos que siguen un patrón estacional, manifestándose de manera recurrente y tendiendo a disiparse en la primavera o el verano. Estos episodios depresivos estacionales tienden a ser más frecuentes que otros anteriores que haya experimentado la persona.

"Los síntomas asociados al trastorno afectivo estacional incluyen una persistente sensación de tristeza, abrumadora fatiga, cambios en el apetito, dificultad para concentrarse, aislamiento social y alteraciones en el patrón de sueño, todos ellos relacionados con la disminución de la exposición a la luz solar durante los meses de otoño e invierno. Estos signos impactan de manera significativa en la vida cotidiana y las relaciones personales. Por lo tanto, es fundamental subrayar que el TAE no puede ser simplemente catalogado como una melancolía invernal, sino que se trata de una afección clínica que demanda atención y tratamiento", enfatiza María Calle, psicóloga de bluaU de Sanitas.

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¿Qué podemos hacer para superar este trastorno?

Ante esta problemática, los expertos de Sanitas han formulado una serie de directrices con el propósito de prevenir o mitigar las consecuencias del Trastorno Afectivo Estacional:

  1. Exposición a la luz solar: aprovechar al máximo la luz natural durante los días invernales, así como pasar tiempo al aire libre durante el día, abriendo cortinas y persianas en el hogar para permitir la entrada de luz.
  2. Ejercicio regular: mantener una rutina de actividad física constante es recomendable, ya que ello genera endorfinas y mejora la salud física, teniendo un impacto directo en el bienestar emocional.
  3. Gestión del estrés: técnicas de relajación, como la meditación y la respiración profunda, son opciones efectivas para reducir el estrés, el cual puede agravar los síntomas de este trastorno.
  4. Mantenimiento de las relaciones sociales: evitar el aislamiento social y mantener el contacto con amigos y familiares. Participar en reuniones sociales puede contrarrestar la tendencia a la incomunicación.
  5. Planificación de proyectos: asegurarse de mantener una agenda ocupada con actividades gratificantes y establecer metas alcanzables para los meses de invierno mejora el sentido de propósito y previene la apatía.
  6. Terapia de luz y terapia cognitivo-conductual: finalmente, si se experimentan signos significativos de TAE, es recomendable consultar a un profesional de la salud, ya sea de manera presencial o a través de videoconsulta, para evaluar la situación y considerar la necesidad de iniciar una terapia psicológica (acompañada o no de un tratamiento farmacológico o suplementos de vitamina D). Específicamente, se pueden emplear la fototerapia, que consiste en el uso de una lámpara de terapia de luz brillante y artificial que imita la luz solar, o la terapia cognitivo-conductual, que se enfoca en identificar y modificar patrones de pensamiento negativos o irracionales y conductas perjudiciales. Ambas opciones pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida de las personas afectadas.

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