Depresión endógena: cuando la tristeza es hereditaria

En ocasiones, la tristeza puede tener una base genética, y sin que existan desencadenantes claros, una persona puede tener síntomas depresivos

Por Pilar Hernán

A su alrededor, una vida supuestamente normal. Podríamos decir que lo tienen todo en la vida para ser felices. Pero no lo son. Lejos de estarlo, están deprimidos. Tal y como nos confirma la psicóloga Pilar Conde, son los afectados por la depresión endógena, es decir, la que se produce por desequilibrios químicos en nuestro cerebro y que, en algunos casos, tiene un origen hereditario. La experta nos detalla que este grupo de personas son quienes se enfrentan a una mayor incomprensión social porque no existen motivos “reales” para sentir tristeza, apatía o desánimo, los que podemos considerar como los síntomas más comunes de un proceso depresivo. Su tratamiento suele ser farmacológico y, en este sentido, son receptores también de una serie de prejuicios heredados, tal y como detalla la especialista. “Tomar medicación en salud mental se atribuye a estar muy enfermo", nos cuenta, matizando que de ahí que se continúen escuchando frases como ‘no estoy tan mal para tomar pastillas’.

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¿Puede la depresión no tener una causa concreta que la motive?

Como decíamos, existen personas que tiene una mayor predisposición química a la descompensación de los neurotrasmisores implicados en los síntomas depresivos. Lo que puede derivar en que, sin desencadenantes claros, una persona sí presente síntomas depresivos. ¿Pueden padecerla incluso personas que cualquiera desde fuera consideraría que deberían ser felices, que no tienen motivos para la tristeza? "Es algo habitual, que la persona traslade que no debería sentirse así, dado que tiene motivos para estar estable y no mostrar síntomas depresivos. Esto deriva en que a veces las personas no son comprendidas desde fuera. "Si yo fuera tú, con todo lo que tienes no estaría deprimida". Hay que entender que tener síntomas depresivos es una experiencia personal e íntima", nos cuenta. En cualquier caso, es importante saber que existen terapias efectivas tanto psicológicas como psicofarmacológicas para los síntomas depresivos, ya sea casos con claros desencadenantes, como para personas con esta vulnerabilidad.  

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La influencia familiar

Puede sonar extraño, pero ¿podemos encontrarnos con casos de personas en los que la depresión se hereda? En opinión de la experta, cuando llegan problemas y dificultades, si se tienen antecedentes familiares de depresión es más probable que nuestra salud mental se resienta.  “La depresión como tal no se hereda, cada persona nacemos con cierta vulnerabilidad, y sí es verdad que las personas con antecedentes de primer grado tienen mayor riesgo, pero no es causa-efecto”, nos explica. ¿Si un familiar ha tenido depresión, tenemos más opciones de padecerla nosotros también? Como ya anticipaba la experta, “tenemos mayor vulnerabilidad, mayor probabilidad, pero no es un efecto seguro. Dependerá de los factores externos, la gestión de los mismos y las habilidades de afrontamiento de cada persona”, nos dice.

Por ello, si se tienen antecedentes familiares, considera que es conveniente vigilar una serie de síntomas. Por ejemplo, sentir desesperanza ante el futuro, falta de energía para llevar a cabo las tareas cotidianas, problemas de sueño y/o alimentación o simplemente falta de ganas a la hora de realizar actividades que nos agradan.

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Cómo actuar

¿Cuál es la estrategia a seguir en estos casos? “Afortunadamente el trabajo terapéutico y psicofarmacológico con síntomas depresivos es altamente efectivo. Desde la parte psicológica, trabajamos diferentes herramientas”, nos cuenta la psicóloga, que las resume en las siguientes:

  • Programación de actividades agradables.
  • Retomar hábitos saludables, en el sueño, alimentación, autocuidado.
  • Trabajar los pensamientos que puedan estar boicoteando a la persona.
  • Toma de decisiones mediante  herramientas centradas en la autoestima, asertividad.

“Dependiendo de cada caso, se trabajarán unos objetivos u otros, aquellos que estén manteniendo en esa persona los síntomas depresivos”, nos explica.