El pasado mes de enero, una joven de 39 años moría tras haberse sometido a una intervención de cirugía estética. La mujer, Sara, se realizó una lipoescultura que, debido a múltiples perforaciones en diferentes órganos vitales, le causó la muerte. Se trata de un hecho excepcional, pero no por ello, extremadamente grave que hay que evitar a toda costa. Sobre todo, tratándose de una operación cuyo objetivo no es curar una enfermedad, sino mejorar un aspecto de nuestro cuerpo.
"Nos encontramos ante una operación que se elige, una intervención no necesaria y en la que, menos que nunca se deberían correr riesgos innecesarios. Cuando alguien entra en un quirófano para someterse a una cirugía estética lo hace para mejorar una parte de su aspecto, no para curar una enfermedad, con lo cual es muy doloroso que alguien pierda la vida de la manera en la que lo ha hecho Sara", señala el cirujano plástico, estético y reparador, Moisés Martín Anaya. Por ello, antes de tomar la decisión de realizarse este tipo de cirugía hay que seguir los consejos que nos da este experto, con más de 30 años de profesión a sus espaldas, para minimizar los riesgos.
Estas son las recomendaciones para que una operación de cirugía estética no termine mal.
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