¿Qué es y por qué se produce un absceso anorrectal?

Su principal síntoma es el dolor, que inicia como una molestia que aumenta progresivamente, y empeora día a día, haciéndose constante

Por Pilar Hernán

Sigue habiendo temas relacionados con nuestra salud que causan cierto tabú. Pero no podemos pasar por alto que, por ejemplo, un 15% de las consultas de Atención Primaria están relacionadas con síntomas de patología anal, sobre todo sangrado y dolor, lo cual es una cifra bastante considerable. “De forma habitual, tanto la vergüenza como el desconocimiento de las soluciones hacen que los pacientes de por si se retrasen en consultar, y cuando lo hacen es ya porque son muy vulnerables y están preocupados por la posibilidad de que exista un problema más grave, como el cáncer de colon”, indica el doctor Fernando de la Portilla, presidente de la Asociación Española de Coloproctología (AECP).

Una de esas patologías que nos puede afectar son los abscesos anorrectales, sobre los que hemos hablado en profundidad con el doctor Alejandro Acosta Rodríguez, cirujano general y del aparato digestivo del Hospital Recoletas Campo Grande de Valladolid, y miembro de Doctoralia.

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¿Qué es un absceso anorrectal?

Es una enfermedad infecciosa, supurativa, que conlleva la formación de una cavidad llena de secreción purulenta en los espacios anorrectales. Los abscesos se clasifican dependiendo de la localización anatómica en: perianal, submucoso, interesfinteriano, isquiorrectal y supraelevador o pelvirectales, siendo más frecuente la localización perianal 60 % y el menos frecuente la pelvirectal 4%. Además, cuando la colección purulenta se extiende circunferencialmente entre los espacios antes nombrados, se denomina absceso en herradura.

¿Por qué se produce? ¿Cuáles son las causas de su aparición?

Los abscesos anorrectales se producen por la obstrucción de las criptas anales. Estas criptas, al no poder drenar el contenido de las glándulas que las conforman, que son glándulas secretoras de moco, se sobreinfectan formado abscesos y colecciones purulentas. Es importante recalcar que, aunque la zona anorrectal es rica en bacterias, generalmente no se producen infecciones. Cuando esta ocurre, suele estar causada por la combinación de diferentes tipos de bacterias. Los organismos más frecuentemente implicados en la formación de abscesos son E. coli, Enterococcus y Bacterioides. Alrededor del 90% de los abscesos anorrectales se explica por esta causa.

Se conocen varios factores que predisponen a la obstrucción de las glándulas, como son la hipertonía del esfínter anal o el estreñimiento, que ocasiona heces duras con la consecuencia de edema de mucosa anorrectal. El restante 10% de las causas mayoritariamente se deben a padecer de alguna enfermedad inflamatoria intestinal, tipo enfermedad de Crohn, obstrucción de las criptas por cuerpos extraños como pequeñas semillas, traumatismos anales ocasionados por enemas o durante el acto sexual o infecciones de fisura anales crónicas.

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¿Hay personas con más riesgo de padecer este problema de salud?

Se podría decir que el género es un factor de riesgo, ya que es más frecuente en el género masculino con la proporción 2:1. No hay una explicación científica para este hecho tan llamativo.

Cualquier enfermedad que debilite el sistema inmunitario favorece la aparición de esta patología, entre ellas, las enfermedades crónicas tipo diabetes, enfermedades autoinmunes (lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide) que requieran uso de corticosteroides, personas en tratamiento quimioterápico por padecer de patología tumoral o enfermedades infecciosas que debiliten el sistema inmunitario como el VIH/SIDA.

¿Cuáles son los síntomas que pueden alertar de que tenemos este problema?

El principal síntoma es la proctalgia (dolor anal), que inicia como una molestia que aumenta progresivamente, y empeora día a día, haciéndose constante, llegando a ser insoportable, impidiendo realizar actividades cotidianas de la vida diaria, como es el simple gesto de sentarse, caminar o toser.

La proctalgia asocia otras características dependiendo de su localización:

  • Los abscesos perianales e isquioanales se presentan como una tumoración dolorosa que, al cabo de unos días, se vuelve fluctuante.
  • Los abscesos interesfinterianos y submucosos, como se ubican dentro del ano, no presentan signos externos y cursan con dolor anal intenso con la defecación, también se acompaña de síntomas más sistémicos como fiebre elevada, escalofríos, malestar general, cansancio, dolor muscular y osteoarticular (característico de la sepsis).
  •  Los abscesos pelvirrectales ocasionan dolor rectal intenso con sensación de peso dentro de ano que ocasiona tenesmo (sensación de defecación incompleta), se acompaña de múltiples síntomas dependiendo de la localización pélvica. La clínica más frecuentemente asociada son los síntomas urinariarios como retención o imposibilidad para la micción.

¿Cómo se llega al diagnóstico de este problema de salud?

Todo diagnostico debe basarse en la realización de la correcta de la historia clínica por parte de un facultativo. Con una exhaustiva anamnesis (cuando inicia los síntomas, como es el dolor, presencia de fiebre, antecedentes personales, entre otros), después un adecuado examen físico (dolor y enrojecimiento perineal/glúteo, acompañado de tumoración glútea con piel indurada / fluctuante o presencia de secreción anal, si es posible y el paciente lo tolera se debe realizar tacto rectal, se descartan lesiones tumorales, cuerpos extraños, lesiones traumáticas, también es posible palpa una zona indurada en las paredes rectales). Con estos medios básicos es muy posible realizar el diagnóstico de absceso anorrectal con certeza.

Sin embargo, en ocasiones el dolor es tan intenso que no permite realizar un examen físico adecuado. En estos casos, se puede recurrir a estudios complementarios como son la tomografía abdomino-pélvica, resonancia magnética pélvica, incluso exploración anal bajo anestesia, pero la mayoría de las ocasiones no se requiere de estos estudios.

Una vez diagnosticado el problema, ¿cuál es el tratamiento que se debe seguir para solucionar el absceso?

Como se trata de una enfermedad supurativa, se desarrolla por fases. Es posible que con un diagnóstico muy precoz, durante la fase iniciales de la enfermedad, el tratamiento médico con el uso de antibióticos sea el tratamiento más recomendado y menos agresivo. Sin embargo, es probable que estas medidas sean insuficientes y el paciente vuelva a urgencias con el absceso ya formado;  es frecuente que paciente acuda a urgencia con mucho dolor e inflamación y el diagnóstico de la enfermedad se realiza durante la fase supurativa. En esta fase, el único tratamiento curativo es la cirugía.

La técnica es muy sencilla, se realiza con anestesia raquídea e incluso es posible realizarla con anestesia local y sedación, el fundamento es el drenaje completo de la colección ocasionado el menor daño posible de los tejidos, ya que esto favorece a la cicatrización, evitando o minimizando la probabilidad de fistulas perianales, que sería la fase crónica de la enfermedad.