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El estado de alarma provocado por la crisis sanitaria del coronavirus ha hecho que tengamos que quedarnos en casa solo saliendo a la calle para cosas estrictamente necesarias como ir a la compra, a trabajar o a nuestro centro médico. Estos momentos tan duros pueden causar algunos estragos psicológicos a cualquier persona y empeorar la salud mental de aquellos que ya tu vieran problemas. El hecho de 'darse cuenta' es una forma de conocernos un poco más a nosotros mismos, es saber qué sentimos o qué percibimos, teniendo en cuenta lo que nos sucede tanto a nivel corporal como a nivel mental. Este concepto lo acuñó el psicólogo Fritz Perls. En muchas ocasiones, experimentamos una serie de estados de ánimo sin saberlo, solo percatándonos de sensaciones de malestar o bienestar, pero sin tener muy claro cómo estamos. Es en el momento en el que somos capaces de comprender esas emociones o lo que nos ha llevado a sentirnos como lo hacemos cuando estamos en disposición de seguir avanzando. Así, mediante el insight (como se llama en inglés) la persona capta o comprende una 'verdad' que se le ha revelado. Puede ocurrir repentinamente, tras un profundo trabajo o mediante técnicas ajustadas.
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Somos vulnerables
"¿De qué nos hemos dado cuenta? De la vulnerabilidad del ser humano. Se ha roto nuestra idea de mundo seguro y estamos experimentando que todo puede cambiar de un día para otro. Esto, sumado a la gran incertidumbre y la cantidad de muertes e infectados por el Covid-19 es lo que, potencialmente, más daño puede hacernos a nuestra psique. Todo ello con el permiso de las consecuencias socioeconómicas", revela Jesús Linares, psicólogo de emergencias del Consejo Nacional de la Psicología en colaboración con el Ministerio de Sanidad. Llegar a 'darnos cuenta' de algo nos permite adquirir una sensación de control que incide directamente sobre nuestra confianza. Este sentimiento nos da una explicación adecuada a nuestro problema. Además, nos produce alivio y nos orienta a buscar una solución y abre la puerta a la esperanza para salir del bache en el que nos encontramos.
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Una época de cambios
"Efectivamente ya nada va a ser como antes, como ocurre con cualquier gran catástrofe, pero en nuestra mano está saber elegir los caminos. Las grandes guerras trajeron mucho dolor, pero también cambios. La sociedad está aprendiendo a valorar muchas cosas y profesiones que antes infravaloraban. Desgraciadamente es muy probable que aparezcan problemas de salud mental como trastornos adaptativos, trastornos por estrés agudo, de ansiedad y trastornos de estrés postraumático. Sin irnos al ámbito psicopatológico, creo que es probable que aparezca el estigma social. Determinados sectores pueden utilizar la situación para avivar sus discursos de odio o rechazo como también hemos visto", explica Linares.
La importancia de ser conscientes de lo que nos pasa
En la medida en que vamos siendos concientes y vemos más claro cómo estamos y qué nos pasa (tanto internamente como alrededor) podemos sentirnos más responsables de lo que vivimos y de las decisiones que tomamos: podemos elegir mejor. Sin embargo, el 'darse cuenta' es un proceso difícil sin un testigo que nos acompañe. Necesitamos una persona que a través de su propia transformación nos facilite la nuestra. "El terapeuta abona el terreno para que cada vez más nos vayamos percatando de quiénes somos, qué hacemos, qué sentimos o qué queremos. Nos ayuda a percatarnos, centrarnos y a adquitir la capacidad de observarnos por encima de nosotros mismos. A medida que vamos siendo más conscientes nos vamos autoapoyando mejor y podemos experimentar una vida más plena", recomienda el psicólogo. "¿Qué es lo que está por llegar? No lo sabemos, estamos en un escenario muy incierto que cambia día a día... Es difícil preparase para lo desconocido. Se trata de una situación muy novedosa con un componente enorme de incertidumbre y de inseguridad", concluye el experto.
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