Formas de comer lechuga (que no son ensaladas)

La lechuga es el ingrediente principal de la mayoría de ensaladas, pero este alimento tiene otras muchas posibilidades que te gustará conocer.

Por Cristina Soria

La lechuga, por su variedad y su sabor suave es perfecta para combinar con la mayoría de alimentos, pero parece que nos cuesta imaginarla fuera de las clásicas ensaladas y guarniciones. La lechuga está deseando cobrar algo de protagonismo en nuestra cocina para que disfrutemos de todo lo que puede aportar: vitaminas, sales minerales, agua y pocas calorías. Es cierto que al comerse cruda conserva todas sus propiedades, pero en la mayoría de opciones que te proponemos, estas se conservan intactas.

Sopas frías y calientes

Puedes utilizar la lechuga para hacer una crema fría similar al gazpacho, refrescante y nutritiva. Mezcla la lechuga con aceite de oliva virgen, agua fría y añade un toque de vinagre y sal. 

Si preparas, por el contrario, una crema caliente, podrás tomarla como plato principal o como acompañamiento, según los ingredientes que le añadas: puedes prepararla de manera ligera con cebolla y apio, o hacer una crema más contundente con calabaza, calabacín y puerros.

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Smothies 

La lechuga combina de maravilla con otros vegetales y frutas para preparar nutritivos batidos, refrescantes y llenos de vitaminas. Tiene un gran contenido en agua, es bajo en sodio y más fácil de digerir que otras hojas verdes. Prueba a añadirle a media hoja de lechuga un par de rodajas de sandía y una manzana. También se mezcla de maravilla con el apio, el pepino, la piña, el limón, el plátano o el kiwi. 

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A la parrilla

Los corazones de lechuga son perfectos para preparar un plato a la parrilla y un buen complemento para la carne. Solo tienes que cortarlas por la mitad de forma trasversal y ponerlas a asar por un solo lado durante un par de minutos. Cuando la retires del fuego ponle un chorrito de limón para evitar que se oxide, y luego condiméntala con sal, pimienta y aceite de oliva. También puedes usar curry o queso tierno. Verás qué resultado tan delicioso.

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Al wok

Utiliza una lechuga fuerte, como la romana, para refrescar y dar textura a la carne del wok (ya sea de ternera, pollo o cerdo). Agrega la lechuga, cortada en piezas grandes, en el último momento junto con la salsa, y deja que se cocine durante un par de minutos. También puedes prepararla sola, salteándola con ajo y cebolla, y añadiendo unas semillas de sésamo al final.

Lechugas rellenas

Son sencillas de preparar y muy sabrosas. Solo tienes que sumergir las hojas durante unos segundos en agua hirviendo con un poco de sal. Después las rellenas con carne, pescado o marisco y las cierras como si fueran paquetes. Si quieres, puedes dejar que se terminen de cocinar al horno y disfruta de estos sabrosos bocados.

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Hazte un té de lechuga

Pon a hervir 100 gramos de lechuga en un litro de agua durante 15 minutos, y luego deja que repose durante otros 10 minutos. Transcurrido este tiempo cuela la infusión y estará lista para tomar. El té de lechuga, por sus propiedades relajantes, es perfecto para dormir si tienes dificultades para conciliar el sueño. Además, esta infusión funciona como un depurativo natural que te ayudará a eliminar las toxinas de tu organismo.

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