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El cocinero Manuel Auer, al frente del restaurante madrileño Killo, nos enseña aquí a preparar un postre típico de su país natal, Austria. Se trata de 'Krapfen', un dulce similar a nuestros buñuelos de viento, que en la época de Carnaval puede verse de forma habitual en las pastelerías austríacas y también alemanas.En cuanto a los rellenos, las cremas y mermeladas de distintos sabores son recurrentes. En Austria, por ejemplo, es común el relleno de mermelada de albaricoque. Una receta que debemos preparar sin prisas (las fermentaciones de la masa requieren su tiempo), pero cuyo resultado es simplemente irresistible.
- 100 g de Harina de trigo
- 50 g de Leche
- 10 g de Levadura fresca
- 10 g de Azúcar
- 1 Yema de huevo
- 10 g de Mantequilla
- 1 pizca de Azúcar de vainilla
- 1 pizca de Sal
- Aceite de girasol para freír
- Mermelada de albaricoque
- 1 cucharada de Ron
- Azúcar glas para decorar al final
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1.
Cogemos la levadura y la juntamos con el azúcar. Mezclamos ambos ingredientes hasta que se vuelvan líquidos (el azúcar se ablanda por efecto de la levadura por lo que la consistencia se volverá líquida).
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2.
Añadimos la leche, que debe estar templada (nunca a más de 45 grados).
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3.
Añadimos la sal, el azúcar de vainilla y la yema de huevo, además de la mantequilla líquida. Removemos todos los ingredientes.
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4.
Por otro lado, cogemos la harina y la pasamos por un chino para quitar grumos. Añadimos la mezcla que habíamos reservado antes y lo mezclamos todo hasta conseguir una masa.
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5.
Tapamos esta masa con un trapo húmedo para que no se seque y la dejamos reposar durante 30 minutos en un lugar cálido hasta que se duplique su volumen.
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6.
Una vez haya alcanzado el doble de su volumen, cogemos esta masa y la amasamos otra vez con las manos para quitarle el aire y conseguir una burbuja más fina. Luego, la dejamos reposar otros veinte minutos. Y de nuevo, la amasamos con las manos para quitar el aire sobrante.
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7.
A continuación, hacemos cuatro bolas de masa a partes iguales.
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8.
Buscamos una tabla de madera y echamos harina sobre ella. Cogemos las bolas y las redondeamos con la mano. Las ponemos en la tabla de madera, aplastamos el centro de la bola desde arriba con los dedos y engrasamos la superficie de arriba de la bola con aceite de girasol un poco templado. Todo ello lo tapamos con un trapo y lo dejamos en un sitio cálido hasta que se duplique el volumen de la masa, consiguiendo así la forma de un Krapfen.
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9.
Calentamos el aceite de girasol en una olla entre 160 y 170 grados para que el Krapfen quede bien hecho y no crudo por dentro. Lo freímos dos minutos por ambos lados, lo sacamos y lo dejamos secar con papel de cocina para quitar el exceso de aceite.
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10.
Mientras se enfrían las bolas, cogemos la mermelada de albaricoque y el ron y lo mezclamos. Lo metemos en una manga pastelera con una boquilla para rellenar. Pinchamos los krapfen con esta boquilla y los rellenamos con la mermelada.
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11.
Terminamos con azúcar glas por encima.
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