Además de muy rico, este pastel salado no puede ser más bonito. La única dificultad será cortar en láminas finas y alargadas las verduras (con ayuda de un pelador o una mandolina) e ir disponiéndolas en forma de espiral, de fuera hacia dentro, en el interior del molde. ¡El horno hará el resto!
- 1 lámina de Masa quebrada (pasta brisa) de 250 gramos
- 2 Calabacines
- 2 Berenjena
- 200 Queso pasiego semicurado
- 4 Zanahorias grandes
- Aceite de oliva
- Sal
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1.
Precalentar el horno a 180º.
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2.
Lavar y pelar las zanahorias. Lavar los calabacines y las berenjenas. Retirar las puntas y cortar los tres tipos de verduras a lo largo en láminas finas con un pelador o una mandolina.
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3.
Colocar la lámina de masa quebrada sobre papel sulfurizado en el fondo y las paredes de un molde redondo desmontable de 22 cm de diámetro y recortar lo que sobresalga por el borde.
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4.
Pinchar el fondo varias veces con un tenedor y repartir el queso pasiego por toda la base de la masa.
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5.
Poner las láminas de verdura de canto sobre la base de la masa untada con el queso desde el borde hacia el centro y alternando zanahoria, calabacín y berenjena (como vemos en la imagen) para acabar formando en el centro una 'flor' con calabacín.
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6.
Espolvorear el pastel con sal, rociarlo con dos cucharadas aceite y meterlo al horno a 180º hasta que empiecen a dorarse los bordes, entre 20 y 25 min.
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7.
Sacarlo del horno y dejar que se enfríe antes de desmoldarlo.
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8.
Cortar en porciones el rosetón con un cuchillo bien afilado y repartirlo en los platos.
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