Tres ingredientes (en realidad, son apenas dos) y unas tres horas de cocción es lo que necesitas para conseguir un dulce casero suave y delicioso. En realidad, el tiempo es orientativo, porque cada fuego funciona de una manera diferente, pero lo único que debes tener en cuenta es que no puedes dejar de vigilarlo y remover de vez en cuando, sobre todo, al final, cuando la leche con el azúcar ya ha espesado y puede formarnos algunos grumos. En cuanto cojas ritmo, no querrás probar otro.
- 1 litro de Leche
- 300 g de Azúcar blanca
- 0.5 cucharadita de Bicarbonato sódico
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1.
Calentamos la leche con el azúcar en un cazo a fuego medio, buscando que el azúcar se disuelva. Añadimos el bicarbonato sódico y removemos.
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2.
Añadimos el bicarbonato sódico y removemos.
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3.
Dejamos que la mezcla cueza durante dos o tres horas, removiendo de vez en cuando con una cuchara de palo para que no se nos pegue en el fondo de la cazuela y sin dejar que hierva en ningún momento.
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4.
La mezcla irá tornando a marrón y espesando. Cuando tengamos el color y, sobre todo, la textura deseada, retiramos y dejamos enfriar.
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