Acompañante ideal de ciertos pescados, especialmente de la merluza, esta salsa también puede ser contrapunto perfecto para otros alimentos o preparaciones culinarias. Dale un toque picante o no, a tu gusto, con un poquito de guindilla.
- 4 cs de Aceite de oliva virgen
- 1 cs de Harina
- 1 dientes de Dientes de ajo muy picado
- 1 rama de Perejil fresco picado
- 1 vasos de Caldo de pescado
- 1 vasos de Vino blanco
- Sal
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1.
En una cazuela o sartén con el aceite, freímos el ajo. También, si se desea, podemos una punta de guindilla fresca picada.
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2.
Cuando empiece a dorarse, añadimos la harina, removemos hasta integrarla bien y agregamos el vino y el caldo. Incorporamos el perejil picado y un poco de sal.
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3.
Dejamos que se cocine a fuego vivo durante 10 minutos, removiendo para que no se formen grumos.
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4.
Si es necesario, agregamos algo más de caldo, pues nos tiene que quedar ligera.
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5.
¡Y ya la tendríamos lista para usar!
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