Las tartas heladas podemos tomarlas durante todo el año aunque es en el verano cuando más apetecen como postre. Para esta receta, vamos a elaborar un helado de chocolate blanco que introduciremos en un molde de tarta, y luego recubriremos con una mezcla de nata montada con azúcar en polvo. Puedes utilizar la misma fórmula con otros tipos de chocolate: negro, con leche, con frutos secos, etc.
Para la tarta
- 8 ud de Yemas de huevo
- 2 ud de Huevos
- 150 g de Azúcar blanca
- 200 g de Chocolate blanco
- 200 ml de Leche
Para decorar
- 250 ml de Nata para montar
- 40 g de Azúcar glas
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1.
Calentamos a fuego muy bajo el chocolate con la leche hasta que se derrita y se obtenga una crema untuosa y uniforme. Dejamos enfriar ligeramente.
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2.
Batimos con varillas eléctricas en un cuenco grande las yemas y los huevos con el azúcar hasta conseguir una crema homogénea y blanquecina.
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3.
Añadimos, poco a poco, la crema de chocolate preparada y mezclamos sin batir.
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4.
Ponemos en funcionamiento la heladora y echamos la mezcla poco a poco, sin dejar de dar vueltas hasta que comience a cuajar: entre 20 y 25 minutos.
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5.
Echamos el resultado en un molde redondo de bordes altos de 20 cm de diámetro y metemos al congelador al menos durante 1 hora.
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6.
Sacamos del congelador, sumergimos el fondo del molde en un cuenco con agua caliente, pasamos el filo de un cuchillo por los bordes y desmoldamos con cuidado sobre una fuente.
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7.
Montamos la nata con varillas eléctricas añadiendo el azúcar al final hasta que esté bien firme.
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8.
Introducimos en una manga pastelera con boquilla rizada y decoramos la tarta helada con unas pequeñas filigranas.
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9.
Espolvoreamos con azúcar glas, y repartimos la tarta helada en los platos antes de que se derrita.
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