Las verduras crudas -o ligeramente escaldadas- son una magnífica forma de disfrutar de todas sus vitaminas y minerales, parte de las cuales se pierden si las hervimos, asamos, etc, por efecto del calor. Además aportan una textura crujiente al plato, como en esta ensalada, a la que también vamos a añadir unas gambas ligeramente salteadas, de forma que tendremos una receta templada, ideal como entrante.
- 200 g de Gambas
- 2 ud de Zanahoria
- 1 ud de Calabacín
- 100 g de Judías verdes
- 50 g de Espinacas (en hojas tiernas)
- 4 cs de Aceite de oliva virgen
- 2 cs de Vinagre balsámico
- Sal
- Pimienta negra
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1.
Empezamos con la vinagreta mezclando el vinagre y la mitad del aceite con una pizca de sal y de pimienta recién molida.
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2.
Pelamos las gambas respetando el último segmento y la cola.
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3.
Retiramos las puntas a las judías verdes y cortamos por la mitad en sentido longitudinal.
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4.
Pelamos las zanahorias y cortamos en bastoncillos.
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5.
Quitamos las puntas al calabacín y cortamos en bastones del mismo tamaño.
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6.
Cocemos las judías verdes en agua salada durante 5 minutos, los bastones de zanahoria durante 2 minutos y los de calabacín 30 segundos.
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7.
Escurrimos todas las verduras y refrescamos en agua helada para cortar la cocción y que mantengan su color y su textura crujiente.
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8.
Salteamos las gambas en una sartén con el resto del aceite durante 1 minuto. Reservamos.
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9.
Desglasamos la sartén con la mitad de la vinagreta, echamos el resultado en un cuenco y reservamos.
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10.
Ponemos en una ensaladera las hojas tiernas de espinaca con las verduras bien escurridas, añadimos el resto de la vinagreta y mezclamos.
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1.
Servimos la ensalada en platos hondos y repartimos las gambas y el contenido del cuenco reservado.
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1.
También se pueden saltear las verduras a fuego vivo en un wok durante 2 o 3 minutos y añadir después las gambas para que se hagan solo en 1 minuto más.
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