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Bruce Willis estrenó 22 películas entre 2020 y 2022, a un ritmo frenético. Y es que el actor ya sabía de la enfermedad que lo acechaba y quiso aprovechar al máximo hasta su retirada definitida, el pasado marzo. Nos quedan dos películas pendientes de estreno este año, Detective Knight: Independence (que llega hoy viernes) y Assassins.
Al ritmo que Bruce ha rodado resulta cuando menos curioso pensar cómo ha podido hacerlo con el deterioro cognitivo que arrastra desde hace tiempo. Hay dos cuestiones clave aquí: una es cómo lo hizo y otra, por qué lo hizo. De la primera tenemos certezas. De la segunda, sospechas y especulaciones.
Los trucos que utilizó Bruce Willis en sus últimas películas
La ingente producción del actor es consecuencia, por una parte, de apurar al máximo su potencial interpretativo. Pero la inmensa mayoría de estas cintas, por no decir todas, tienen más importancia por el hecho de ser el legado final de Willis que por la calidad de las mismas. ¿Cómo pudo rodar, qué trucos empleó?
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Un medio estadounidense ha revelado qué artimañas empleaba para que no se notara. La primera era reducir al máximo su aparición en pantalla. De esta manera, Bruce limitaba los posibles errores que pudiera cometer. También limitaban sus líneas de diálogo, para que fueran sencillas de recordar y de pronunciar. Además, llevaba un pinganillo para que las frases le fueran recordadas en el caso de que, en pleno rodaje, se le olvidara lo que tenía que decir. Y por último, leía su parte del guion en voz alta fuera del set, de manera que lograba retenerlas.
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Al tratarse de cine de acción, pudo alargar un poco el momento final. Aun así, hubo un punto en el que la afasia fue tan evidente que no le quedó más remedio que comunicarlo y dejar de actuar.
Se cree que su deterioro pudo haber sido consecuencia de un accidente de rodaje
Desde hace algunas semanas se especula con que la afasia que ahora padece es consecuencia de un accidente durante el rodaje de Lágrimas del sol, donde un proyectil impactó contra su cabeza en el set. Aquello sucedió en el año 2002 y Willis demandó a los responsables alegando secuelas físicas y mentales. Un amigo ha revelado que es probable que todo comenzara en aquel accidente.
Dudas sobre la ética de sus representantes
Lo normal es que un actor ruede entre dos y cuatro películas por año, en función de la extensión de su papel y de la disponibilidad que tenga. ¿Cómo puede un actor con un serio deterioro cognitivo haber rodado tantísimas películas (utilizando, recordemos, numerosos trucos para disimular su problema) habiendo rebasado ya los 60 años? Aquí está la gran incógnita. Se puede pensar que el actor quería dejar amasada una buena fortuna para sus herederas. Pero también hay dudas razonables sobre un posible abuso por parte de su agencia de representación.
Dicha agencia, según reconocen compañeros del actor, le buscaba rodajes en los que no estuviera más de dos días, pocas horas por jornada y en películas de bajo presupuesto donde Willis se convertiría en el gancho para atraer espectadores. Por cada proyecto le pagaban en torno a dos millones de dólares. Es decir, desde 2019 hasta hoy, el intérprete se habría embolsado alrededor de 65 millones de dólares.
Si estuvo mal aconsejado o fue decisión propia quizá no se sepa nunca. Lo que sí se ha ido filtrando los últimos días es que estaba aturdido en los rodajes, demasiado cansado y sin saber muy bien lo que estaba haciendo. En uno llegó incluso a disparar cuando no era necesario, algo que preocupó al equipo. Un triste final para quien lo ha sido todo en la industria.
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