De criarse en una tienda de ultramarinos a ganar el Nobel de Literatura: Annie Ernaux, la escritora autobiográfica por excelencia

Hija de unos humildes tenderos, sintió vergüenza de sus padres, cuyo sacrificio le permitió ascender socialmente y adquirir la formación que hoy la consagra como un clásico de las letras contemporáneas

Por Elena Villegas

"Ella servía patatas y leche de la mañana a la noche para que yo estuviera sentada en un anfiteatro oyendo hablar de Platón". Así habla la escritora francesa Annie Ernaux, Premio Nobel de Literatura 2022 (cuya ceremonia de entrega se celebra este sábado en Estocolmo, Suecia) sobre su madre en la obra 'Una mujer'. Ella y su padre tenían una cafetería y una tienda de ultramarinos, negocio con el que dieron la mejor educación posible a su hija. Fruto del sacrificio diario, pudieron matricularla en una escuela privada secundaria. Allí, al entablar relación con chicas de entornos sociales más altos, Annie sintió por primera vez "vergüenza de sus padres", tal y como reconocería años más tarde. 

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Eso marcaría profundamente la temática de sus obras, siempre autobiográfica, sobre la que sobrevuela cierto sentimiento de culpa por ser "una tránsfuga de clase", según aseguraba ella misma en una entrevista a Babelia en 2019. Pero eso es también lo que la ha convertido en la primera mujer francesa en ganar el Nobel de Literatura: le ha sido concedido "por el coraje y la agudeza clínica con la que descubre las raíces, los extrañamientos y las trabas colectivas de la memoria personal", tal y como el acta con la que la organización del prestigioso galardón sueco informaba que ella era la persona reconocida con la edición de 2022.

Ernaux refleja, además, en sus novelas con total franqueza la situación de la mujer en la época que le ha tocado vivir. Lo hace a través de vivencias personales al hablar de temas tan íntimos como el aborto, la enfermedad de sus padres, los problemas de su matrimonio y su experiencia tras ser diagnosticada de cáncer. A pesar de ser una mujer avanzada a su tiempo, reconoce que mientras estuvo casada era ella quien se encargaba del cuidado de los niños, así como de la cocina y de la  limpieza de la casa. Todo, mientras daba clases de secundaria y con una formación superior que por entonces no estaba tan generalizada entre las mujeres.

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Si en sus obras desnuda ya su alma con una valentía admirable, en uno de sus últimos proyectos muestra su vida de la manera más palpable posible. Se trata de un documental titulado 'Los años de super 8', del que ella ha escrito el guion y que ha dirigido junto a su hijo pequeño, David. Son imágenes reales de la familia desde principios de los años 70 a principios de los 80.

En medio de viajes que ella, su marido, Philippe Ernaux (del que toma su apellido), y sus hijos hacen por todo el mundo, muestra varias realidades paralelas. Por un lado, momentos históricos clave en países como la URSS, el Chile de Salvador Allende o incluso España, que comenzaba su Transición tras la muerte de Franco. Por otro, muestran el día a día de una familia de clase media-alta que se puede permitir unos lujos poco aptos para la mayoría cuando viajar a países lejanos era casi una quimera.

Y en ese día a día, la situación de su matrimonio. En los primeros años, ella era la protagonista de las imágenes que rodaba su marido y que reflejaban la felicidad de la pareja. Poco a poco, va desapareciendo de los primeros planos y, en los últimos años, los paisajes de los lugares que visitaban le arrebatan su presencia en el documento gráfico familiar. Annie y Philippe se separaron en 1981, tras el último viaje de los cuatro juntos (a la Unión Soviética).

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Tras el divorcio, ella se trasladó a Cergy-Pontoise, una pequeña ciudad a unos 40 kilómetros de París y que es su hogar a día de hoy. No fue hasta dos décadas después cuando se retiró de la docencia para dedicarse de lleno a la escritura. Desde entonces, los reconocimientos no han cesado; entre ellos, los prestigiosos premios Marguerite Yourcenar (en 2017) y el Formentor de las Letras (en 2019), además del doctorado honoris causa que le otorgó la Universidad de Cergy-Pontoise en 2014. A todos ellos se suma ahora el Nobel de Literatura (concendido únicamente a 17 mujeres en sus 121 años de historia), considerado el galardón más importante del mundo y que en su caso demuestra lo que la crítica ya apuntaba desde hacía años: que Annie Ernaux es un clásico contemporáneo de las letras.