David Civera, 21 años después de triunfar en Eurovisión: ‘Fueron los peores y los mejores años de mi vida porque nadie se para a preguntarte cómo estás’

Hablamos con el artista de su paso por el festival, de qué opina del triunfo de Chanel y de su nueva canción

David Civera

Te quedan x días gratis. Recuerda navegar con tu sesión iniciada.

Te quedan pocas horas gratis. Recuerda navegar con tu sesión iniciada.

Estás en tu periodo de prueba gratuita. Sigue disfrutando de ¡HOLA!+.

HOLA.com, tu revista en internet

Tu período de prueba gratuita en ¡HOLA!+ se ha activado con éxito

Disfruta de todo el contenido totalmente gratis durante 7 días.

Recuerda navegar con tu sesión iniciada.

Ya tienes una suscripción activa.

Recuerda navegar con tu sesión iniciada.

Hace escasas semanas David Civera hacía su reaparición televisiva en La noche D de RTVE, para felicitar a Chanel por su tercera posición en Eurovisión 2022. El artista, que también representó a España en 2001 con su mítico Dile que la quiero, ha ostentado la mejor posición en el certamen -sexta- durante los últimos veintiún años. Tras un tiempo alejado del foco mediático, ahora regresa con Entre amigos un tema lleno de optimismo y vitalidad y de los valores de los que siempre ha hecho gala. Hablamos con David de su evolución, sus años de grandes éxitos y de su alejamiento consciente de la primera línea para estar al lado de las personas más importantes de su vida, su mujer, Ana María Benedí, y sus dos hijos, Daniel y Laura.Acabas de lanzar una nueva canción, Entre amigos.

David Civera©Fernando Junco
Acceso a la versión digital

- Acabas de lanzar una nueva canción, Entre amigos.

- Es de esas canciones que nacen emocional y espontáneamente porque el cuerpo lo pide. Creo que es un mensaje que todo el mundo está necesitado de escuchar. Los amigos son elegidos y los hemos echado muchos de menos. Aunque estamos todavía coleteando con la pandemia, pienso que es el momento de pensar en positivo y que la gente pueda respirar hondo y decir: ‘Vamos a recuperar estas pequeñas cosas que se quedaron en el tintero y vamos a empezar a proyectar y tener planes de futuro’.

- ¿Cómo pasaste la pandemia?

- Pues como todos, como pude. Soy una persona muy entregada y estuve muy pendiente de mis hijos, de mi mujer, de mis padres, de toda mi familia cercana. La pasé con cierta angustia, nunca con miedo, pero sí con temor, porque tengo dos niños pequeñitos y unos padres que ya van teniendo sus años. Fue positivo en el sentido de poder pasar mucho tiempo con mis hijos, y los pude ayudar, tuve mucho tiempo para reflexionar, pero, evidentemente, esa falta de libertad, esa falta de escenario durante dos años… Se echaba mucho de menos. Cuando vi que el corazón se movía y me empecé a componer esta canción hablé con mis hijos y les dije: ‘Tengo que mandar este mensaje al mundo, así que estas semanas me vais a tener que perdonar -ríe-. Ahora que sois más mayores papá va a volver a la música y tendrá que hacer unos viajes…’ Y he recibido el mayor de los abrazos, su cariño y su respaldo, y estoy alucinando porque tienen nueve y diez años, están orgullosos de lo que ha hecho su padre y eso para mí es brutal.

“Yo creo que nunca me he ido. Tengo un público muy fiel, muy multigeneracional y familiar. Llevo muchos años en la música y si de algo puedo presumir es de que voy y vuelvo”

- Como dice tu canción, ¿para ti es comenzar otra vez?

- Empezar otra vez a nivel social, a nivel de contacto humano. Yo creo que nunca me he ido. Tengo un público muy fiel, muy multigeneracional y familiar. Llevo muchos años en la música y si de algo puedo presumir es de que voy y vuelvo. Desparezco, vuelvo a los medios y siempre me recibís con los brazos abiertos. Luego me permitís, tanto vosotros como el público, que me retire… hay un respeto muy bonito. Nunca he desaparecido, la música es mi lenguaje y mi forma de vida, pero evidentemente mi último proyecto, que salió en el año 2019, se vio paralizado, como muchos otros, por la pandemia y han sido dos años en los que apenas se han hecho conciertos en directo y yo me he centrado en otras cosas. No soy de estar parado nunca y no tengo el sentimiento de volver otra vez a la música, sino de volver a socializar, a vivir, a disfrutar, a tener objetivos, a disfrutar de nuestras pasiones y trabajos de una manera menos agobiantes, quitándonos esa tensión que nos ha hecho vivir esta pandemia.

- ¿Estás preparando gira, entonces?

Sí, vuelvo con todos mis éxitos en directo en una gira que no pude hacer en su momento. Mi gira del veinte aniversario se tuvo que posponer y digamos que la tengo que recuperar; voy a incluir el nuevo tema y voy a hacer un concierto de repaso de toda mi carrera y muy familiar.

David Civera©Fernando Junco

- ¿Tus hijos bailan tus grandes éxitos?

- Es que son de otra generación. Es verdad que les choca. Evidentemente conocen Que la detengan y Dile que la quiero es un tema eurovisivo y lo han escuchado en varias versiones; el Bye bye les sorprende porque me ven caracterizado y les he tenido que explicar que era un show tipo años veinte, con sombrero y rollo gángster… Pero mis hijos han conocido más la parte de evolución hacia lo personal. Mis primeros años de carrera hacía e interpretaba temas acordes a mi edad, tenía veinte o veintiún años. Ahora mi hija sigue a Camilo y a Sebastián Yatra, que tienen la edad que yo tenía cuando empecé.

- En el año 2001 fuiste sexto en Eurovisión. Y has mantenido el podio de la mejor posición de España en el festival durante 21 años, hasta que llegó Chanel.

- Es una mujer inteligente, muy preparada, con mucha profesionalidad, mide lo que dice, es sencilla… Ha pasado lo que tenía que pasar. He tenido la sensación de ver cómo la apoyaba todo un país, cómo la abrazaba, cómo entre todos la hemos impulsado… Entre eso y su gran talento ha conseguido representar a España de una manera impresionante. Y yo tengo esa sensación de haber revivido ese año 2001 cuando España se volcó conmigo, ese cariño incondicional, todo el mundo quería que Dile que la quiero ganara. Conseguí un sexto puesto, pero fui el ganador en los corazones españoles. Pues a Chanel le ha pasado lo mismo, es la número uno ahora mismo en España, ese tercer puesto sabe a primero y yo estoy muy orgulloso. Tenía ganas de que alguien nos volviera a ilusionar con Eurovisión y una persona llena de talento y de carisma lo consigue, pues yo encantado.

“Chanes es la número uno ahora mismo en España, ese tercer puesto sabe a primero y yo estoy muy orgulloso”

- ¿Cómo recuerdas tú tu paso por aquel festival?

- Pues mira, yo era un niño… el otro día lo decía y se reían. A mí me sacaron de Teruel a Copenhague. Suena un poco Almodóvar, ¿no? (ríe). Yo iba con toda la ilusión del mundo, no tenía presión. Creo que el ser inconsciente con veintiún años hace que las cosas se hagan de manera más natural. Recuerdo que, cuando Dile que la quiero empezó a sonar en radio, fue número uno antes del festival incluso, yo decía: ‘Hola, soy David Civera’, me estaba presentando, mi primer año… ‘Y voy a ganar Eurovisión’. Yo tenía esa actitud, con ella conseguimos un sexto puesto y devolví un poco la ilusión en el festival. Desde entonces me ha ido fantástico, sigo viviendo de la música, el público está ahí y mi paso por Eurovisión fue vamos… Y Dile que la quiero es mi niña mimada y no dejaré de cantarla en la vida, nunca jamás va a faltar en mis conciertos. Ni Que la detengan, ni Bye Bye, ni Rosa y Espinas, ni muchas canciones que ya forman parte de la vida de mucha gente.

- Aquellos años de tantos grandes éxitos y tan frenéticos a la vez, ¿fueron para ti tus mejores años?

- Profesionalmente sí, personalmente fueron duros, eso te lo digo. Fueron los peores y los mejores años de mi vida. ¿Por qué? Porque cuando estás en ese ritmo frenético nadie se para a pensar o preguntarte cómo estás. Te dedicas tanto a los demás que no piensas en ti y aunque era muy joven, aprendí a base de golpes, como se aprenden las cosas, y a base de desengaños y de muchas cosas que no se ven, pero siempre supe que mi talismán era el público.

De hecho, después hice intervenciones en series como actor, fui a Mira Quién Baila, donde el público me arropó otra vez y conseguí ganar, presenté programas de televisión… Es que haga lo que haga están ahí y creo que ese es el mayor premio. Me siento muy orgulloso de haber cuidado mucho lo que he hecho, tanto en mi vida personal como profesional. Todo el mundo sabe que soy de provincia, que presumo de ello, que Teruel es mi bandera y que como yo digo, soy el Perales de Teruel, o sea, que me dejen ser libre -ríe- que sí, que la música es mi pasión, pero necesito libertad y tiempo y necesito estar con mi familia, si no, me rompo.

Ya los primeros años echaba de menos a mis amigos, las cosas normales que se hacen de los veinte a los treinta. No voy a decir que los perdí, esos años yo los invertí para un futuro, pero no los viví, no los disfruté en ese sentido. Estuve número uno, no sé si fueron cinco o seis años consecutivos hasta que, intencionadamente creo, puse un poquito el freno. Después, bueno, me puse a desarrollar mi faceta de autor, de productor, que no se conocía tanto y he podido hacer canciones muy bonitas como Qué Caprichosa la Vida o Mundo Diverso, que fue la última canción que saqué antes de Entre Amigos. Todos los proyectos han evolucionado a lo emocional, a lo humano y a mandar un mensaje porque teniendo niños en casa lo más importante es que entiendan por qué su padre se va y entiendan el mensaje que estoy mandando. Es el momento de hacer música divertida, positiva, motivadora pero también con un mensaje enriquecedor a nivel humano y de eso me siento orgulloso como padre y como artista.

David Civera©Fernando Junco

- ¿Cuál es el gran éxito para ti, de hecho?

- El cariño incondicional del público y poder elegir. El mayor éxito en esta vida es poder elegir, respetar y respetarse a uno mismo. Evolucionar y no hacer daño a nadie. Nunca he ambicionado. Soy un tío con muchas aspiraciones y muy inquieto, pero no tengo grandes ambiciones, no me gusta el show business artístico, no me gusta el postureo -ríe- no va conmigo, creo que soy más natural.

- La familia es, sin duda, lo más importante para ti.

- Sí, absolutamente. Si yo veo que mi familia cojea o que mi hijo fuera problemático o que mi mujer no me apoyara como siempre lo ha hecho y lo hace, o que hubiera algo, yo no tendría la cabeza centrada en lo mío, estaría siempre priorizando lo familiar. Sí, soy así, no lo puedo evitar, intento multiplicarme , pero a veces no llego -ríe-.

- ¿Llevas la vida que siempre habías querido en Teruel, tu tierra?

- Sí. Me voy a pescar con mis hijos, me voy con la bicicleta, hacemos una escapada rural…tengo tiempo y libertad y puedo elegir. Y eso es el mayor de los éxitos. Poder elegir y que encima cuando te mueves… La gente valora tu trabajo. Los mensajes tan bonitos que me está dejando la gente en redes… Ese videoclip improvisado en la calle… Dije: ‘Vámonos a Madrid, me soltáis en la calle, pon el altavoz y que pase lo que tenga que pasar’. Y me decían: ‘Eso es una locura ¿y si la gente no interacciona?’ y les dije: ‘Vosotros tranquilos que hacemos una gran fiesta y todo lo que se ve reflejado en el vídeo es natural’. Ese cariño, esos besos, esa naturalidad para mí fue un regalo y un reencuentro con algo que echaba mucho de menos. Acabé agotado, emocionado, pero todo lo que se vive en ese vídeo es natural. No quería hacer un vídeo con una superproducción y súper cuidado, quería darle al público lo que espera de mí; soy un artista familiar y muchas generaciones han crecido conmigo. Ese contacto humano no me puede faltar, porque no lo entendería de otra manera.

“Aprendí a base de golpes, como se aprenden las cosas, y a base de desengaños y de muchas cosas que no se ven, pero siempre supe que mi talismán era el público”

- En la música, tal y como están las cosas últimamente, ¿uno sigue por vocación?

- Sí, totalmente, mi negocio es otra cosa -ríe-. Bueno, a Dios trabajé mucho cantando cosas que me gustaban, otras que no los primeros años, pero trabajé mucho; luego he ido colocando piezas, invirtiendo en otras historias, he tenido productoras audiovisuales, he hecho inversiones aquí y allá, he sido hormiguita, he sabido gestionar y ahora es cuando dices ya que ahora no es mi forma de vida ni lo que lleva el pan a la mesa de mis hijos, ahora voy a hacer lo que soy en esencia ¿no? Respetando mis orígenes, mi manera de hacer música alegre, pero evolucionando a lo que quiero ser. Ya no estoy haciendo números, no podría. Si mezclas la música y te echas a la espalda la música y el negocio y lo mezclas, no lo disfrutas, no lo irradias, tienes que ser libre y tener un equipo. Ahora mismo soy muy feliz por haber encontrado a Sonogram, que es una pequeña multinacional, una compañía que ha apostado por mí sobre todo desde el lado humano, ha creído en mí, que es importantísimo.

- ¿Eres hoy más feliz que hace veinte años?

- Sí y te voy a decir por qué. Cuando empecé en la música y conseguí mi objetivo fui muy feliz. Mi primer álbum, Eurovisión y todo lo que pasó. Luego conocí la cara B de la industria y sufrí como sufrimos muchos, pero no puedo renegar de la cantidad de años que tuve éxito y me fue muy bien porque soy muy tenaz, muy trabajador, he hecho más de mil conciertos y me daba en cuerpo y alma, como he dicho antes, a mi público antes que a mí mismo, pero llega un momento en que tuve que parar. Analizándolo… Creo que cuando tenía ya dieciséis o diecisiete años pensaba como ahora, pero ahora es como que encuentro el equilibrio con mi edad y mi situación y además lo enriquecedor que ha sido poder educar y criar a mis hijos porque los he criado, los he disfrutado. Los he sufrido también -ríe-, pero tengo dos hijos maravillosos y eso me ha enriquecido también mucho, han hecho que vuelva a ser un niño, que sueñe, que tenga ilusión, pero ya desde el sosiego, desde la calma, sabiendo dónde hay que poner el tiempo, y con qué personas y cómo darse. Ahora estoy muy feliz, la verdad que sí, he encontrado un equilibrio personal entre el artista que soy, la persona que soy y la edad que tengo- vuelve a reír-.

David Civera©Fernando Junco

- Un equilibrio que no es fácil encontrar.

- No, no es fácil. Si me hubiera dedicado de pleno a la música, seguro, que mi mujer no me hubiera aguantado como me ha aguantado -ríe- y eso que llevamos juntos veinticinco años. Pero no hubiera podido disfrutar de mis hijos, me los hubiera perdido y me hubiera arrepentido. Siempre decía: ‘Pudiendo elegir y estar con ellos y criarlos, ¿me lo voy a perder? Pues creo que no’. A partir de 2011 que nació Daniel, y Laura en 2013, eran años donde yo llevaba el peso de la empresa, me hacía mis auto producciones, luego llegó la pandemia y nos dio a todos un bofetón de realidad de decir: ‘Ostras, es que hay que priorizar lo humano y hay que soñar, pero desde tu corazón y nunca haciendo algo que no te gusta’. Soy un privilegiado, siempre lo he dicho y siempre lo diré, me dedico a lo que me gusta, puedo vivir de ello y encima tengo grandes amigos y una familia estupenda. Creo que he sabido cuidar todo, me he sabido multiplicar como te decía antes y es agotador pero bueno, llego -ríe-.

- Parafraseando uno de tus grandes éxitos ¿hay algo que te detenga a ti?

- Sí, muchas cosas. Aquí donde me ves fuerte y positivo y soy el primero que, a veces, no predico con mi propio ejemplo. Que yo soy seno y coseno, uno y menos uno. Soy… ¿Cómo se decía? PAS, persona altamente sensible. Todo me afecta, todo me influye, la sensibilidad la tengo a flor de piel y creo que cada vez más. Pero sí, me detienen las cosas que son injustas, que no se respetan, las cosas que no valen la pena.

- ¿Cuál crees que ha sido el punto de inflexión en tu carrera?

- Mis hijos -ríe-. Y también un punto de inflexión grande a nivel discográfico, fue cuando acabé mi primera etapa. Fueron ocho años muy buenos, muy productivos, creo que tanto Vale Music como Universal, mi primer equipo, están orgullosos de lo que hice y yo también. Jamás he hecho daño a nadie, he hecho lo que tenía que hacer y siempre he respondido con todas mis ganas y fuerza y ya en 2009-2010 fue el punto de inflexión. Dije: ‘Quiero cambiar, quiero evolucionar, quiero dedicarme a mí’ y es verdad que la industria no te acompaña tanto, porque quieren más de lo mismo, de ese David Civera de Que la detengan y tú les dices no, es que yo tengo que evolucionar.