La historia de Simone Pavan, el deportista italiano que deja el fútbol para salvar la vida de su hijo

Tras ser jugador se convirtió en entrenador y ahora se ha alejado de la competición para donar médula a su niño

Por Belén Nava M.

La carrera profesional de Simone Pavan ha quedado en pausa ya que ahora la única prioridad del entrenador italiano es salvarle la vida a su hijo Leonardo. El deportista de 47 años, que inició su andadura como jugador del SSC Venezia, el Atalanta BC o el Modena FC, ha contado en Corriere della Sera que va a ingresar en el hospital el próximo 10 de enero para donar al día siguiente médula a su niño, quien tiene cinco años y fue diagnosticado de leucemia en 2020. “La quimioterapia fue devastadora. Una agonía para vivir todos los días. Cuando me dijeron que mi hijo me necesitaba, no lo pensé dos veces. Hemos realizado todas las pruebas de compatibilidad, se ha descubierto que podemos proceder", ha asegurado el técnico, que se enfrenta a uno de los momentos más complicados con optimismo y confiando en el equipo médico.

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El deportista italiano ha explicado que los doctores que cuidan a su niño en el hospital Gaslini, uno de los más destacados de toda Europa en el tratamiento de la leucemia, le han detallado los pasos a seguir en cada etapa de extracción de médula ósea y finalmente el trasplante a Leonardo, que tendrá lugar la próxima semana. Sobre las expectativas que hay tras esta importante cirugía prefiere mantenerse cauto y asegura que solo pueden esperar que todo salga bien y no se produzca un rechazo. Sea como sea, Simome tiene claro que rendirse no es una opción: "Dedos cruzados. Seguiremos luchando hasta que sea necesario, todos juntos"

El exjugador, que nació en la localidad de Latisana pero tiene su residencia fijada en la ciudad genovesa de Gaslini, ha definido la enfermedad de Leonardo como una prueba terrible para toda la familia y un proceso psicológico muy duro. Es precisamente el hecho de ser una piña con sus seres queridos y estar "más unidos que nunca" lo que le ha dado fuerzas al deportista tras conocer en junio de 2020, justo después de acabar los meses de confinamiento, el diagnóstico de su hijo. Ha explicado, además, que está con el pequeño todo el tiempo que puede, que es difícil porque el niño empieza a comprender lo que está sucediendo, pero que tiene un gran apoyo en su melliza, Valentina, quien lo abraza cuando tiene que salir de casa para someterse a pruebas en el hospital.

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El cariño y apoyo de sus compañeros

Tras colgar las botas, Simone siguió vinculado al mundo del deporte. El último cargo que ocupó fue el de técnico del Vis Pesaro 1898, equipo del que fue destituido en febrero de 2020. Asegura que el fútbol es su vida, pero desde hace un año y medio su rutina es completamente diferente. Su día a día ya no discurre en los terrenos de juego sino entre hospitales y tratamientos para que su hijo se recupere. Su objetivo ahora es claro y reconoce que rechazó  algunas propuestas laborales que le llegaron en pretemporada ya que no puede dedicarse "en cuerpo y alma" a su profesión. Sigue sintiendo, eso sí, muy cerca el fútbol ya que tanto compañeros como aficionados le trasladan su cariño para esta etapa.