Maria Callas y Jackie Kennedy, vidas cruzadas

Tras navegar en un palacio flotante, el ‘Christina O’, dos mujeres cambiaron el rumbo de sus vidas por un mismo hombre

Maria Callas
Mónica Sánchez

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“Hay dos personas dentro de mí. Me gustaría ser María, pero está la Callas, por quien debo estar a la altura. Así es que lucho con ambas como buenamente puedo”, reveló La Divina durante una entrevista reproducida en el imprescindible documental Maria by Callas. Maria Callas batalló durante toda su vida por conciliar a la portentosa diva del Bel Canto, que seducía en las óperas del mundo entero por su voz y sus interpretaciones, con Maria Anna Cecilia Sofia Kalogeropoúlos, la mujer de raíces griegas, nacida en Estados Unidos, que, tras una infancia y juventud llena de complejos y frustraciones, buscaba simplemente amar y ser amada.

Maria Callas©GTres
Tras una infancia y juventud llena de complejos y frustraciones, Maria Callas buscaba simplemente amar y ser amada.
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Jackie Kennedy, seis años más joven que la Callas, también se esforzaba por acallar los impulsos de libertad de Jackie Lee Bouvier frente a la imagen impoluta que proyectaba como Primera Dama de Estados Unidos. Ambas mujeres se imponían una férrea disciplina para que el espectador (el público, el votante) solo apreciara el brillo de la figura pública sin ahondar en las grietas de imperfección y dolor que las dos escondían tras sus envidiables apariencias.

Tanto Maria Callas como Jackie Kennedy se imponían una férrea disciplina para que el espectador sólo apreciara el brillo de su figura pública

Sin embargo, un mismo hombre provocó que María le ganara la partida a la Callas y que Jackie sepultara a la Kennedy. Aún casada con John F. Kennedy, y rota de dolor por la muerte de Patrick, su bebé de dos días, Jackie decidióaceptar la generosa invitación de Onassis (a quien había conocido cuando John F. Kennedy era senador) para “pasar unos días en el barco”. El ‘barco’ en cuestión era el fastuoso yate ‘Christina O’, propiedad del armador griego desde 1954, restaurado por más de cuatro millones de dólares, y testigo mudo, de la popa a la proa, de miles de secretos de la flor y nata, que acudía a las interminables fiestas organizadas por Onassis en este palacio flotante. Cuando Jackie Kennedy regresó a Estados Unidos, después de unos días de navegación, ensueño y misterio, pronunció una frase sorprendente sobre el que había sido, al menos oficialmente, solo su anfitrión: “Es una persona viva”.

jackie kennedy©GettyImages
Aún casada con John F. Kennedy, y rota de dolor por la muerte de Patrick, su bebé de dos días, Jackie decidió aceptar la generosa invitación de Onassis para “pasar unos días en el barco”.

Y Onassis dijo ‘sí quiero’

Precisamente, esa vitalidad abrumadora y esa manera tan suya de saborear la bonne vivant detonaron la pasión de Maria frente a la contención de la Callas. En septiembre de 1957, durante el Festival de Venecia, la periodista Elsa Maxwell (uno de esos personajes intrigantes, viperinos con unos, aduladores con otros, que nacen y se desarrollan en el mundo del espectáculo) organizó una fiesta en el restaurante Danieli del Lido. Presentó a la soprano al multimillonario heleno... y comenzó una de las historias de amor más cercanas a una tragedia griega, nacida en aguas mediterráneas.

Para Maria Callas, la noticia de que Onassis se había casado con Jackie Kennedy fue “como recibir un golpe en la cabeza”, según ella misma aseguró años más tarde

En verano de 1959, Onassis invitó a su yate a Maria Callas y a quien era por entonces su esposo, Giovanni Battista Meneghini. No estaban solos en esta travesía hacia lo desconocido. Sir Winston Churchill, entre otros, probablemente se percató de las chispas de pasión que surgían cuando Maria Callas observaba a Onassis.

Aristóteles Onassis y Jacqueline Kennedy©GettyImages
Aristóteles mantuvo un apasionado romance con Maria Callas, pero acabó casándose con Jackie Kennedy, la ‘viuda de América’.

La Divina amó a Aristóteles Onassis. Le entregó todo. Hasta su privilegiada voz, que fue perdiendo lentamente a medida que el amor se desvanecía. En 1968, después de nueve años de intensos encuentros y un amor dañino, Maria Callas sintió cómo el corazón se le desgarraba cuando leyó en el periódico que el hombre que amaba, y que nunca la hizo su esposa, se casaba con Jacqueline Kennedy, la ‘viuda de América’, el 20 de octubre de ese año. “Fue como recibir un golpe en la cabeza -contó años después-, fue horrible. Intento sobrevivir. Por él abandoné una carrera increíble, en un oficio complicado. Rezo a Dios para que me ayude a superar este momento”.

Jackie Kennedy©GettyImages
“Mi padre adora los apellidos y Jackie adora el dinero”, dijo Alexander, uno de los hijos que Onassis tuvo con su primera esposa, sobre el enlace de su padre.

Alexander, uno de los dos hijos que Onassis tuvo con su primera esposa, Athina Livanos, con la frialdad y precisión de un bisturí, analizó el origen de este enlace: “Es la unión perfecta. Mi padre adora los apellidos y Jackie adora el dinero”.

Morir de amor

Quizá Alexander exageró en su diagnóstico, pero Jackie Kennedy logró sacar a sus hijos de los Estados Unidos (soñó con alejarlos de la ‘maldición Kennedy’, sobre todo tras el asesinato de su cuñado, Bob) y respiró con cierta tranquilidad que hacía años que no sentía: “Este matrimonio me ha liberado de la obsesión insoportable que tenía el mundo conmigo”.

El matrimonio entre Jackie y Aristóteles no fue ni muy feliz ni muy desdichado

El matrimonio entre Jackie y Aristóteles no fue ni muy feliz ni muy desdichado. Ella se movía con libertad, y él disfrutaba de su tren de vida, en su amada Skorpios y en París. El titán vitalista, sin embargo, falleció el 15 de marzo de 1975 respiró por última vez en el Hospital Americano de la capital francesa. Junto a él, se encontraba su hija Christina. Viuda por segunda vez, Jackie dedicó a su segundo esposo estas medidas palabras: “Me rescató en un momento de mi vida envuelto en sombras. Me llevó a un mundo donde se podía encontrar la felicidad y el amor. Hemos vivido juntos muchas experiencias hermosas que no olvidaré y, por ello, estaré eternamente agradecida”.

Maria Callas y Aristóteles Onassis©GettyImages
Ante la noticia de la muerte del gran amor de su vida, Maria Callas quedó devastada.

Maria Callas, ante la noticia de la muerte del gran amor de su vida, quedó devastada: “Mi aventura con Onassis fue un fracaso; mi amistad con él, un éxito”, reveló. Nunca dejaron de comunicarse. Nunca dejó ella de amar al indómito armador. Él llegó a extrañar la explosividad sentimental de la Callas, frente a la frialdad y pragmatismo de Jackie, a quien siempre reprochaba su desorbitado nivel de gastos. La Callas le perdonó, pero no olvidó la afrenta. El 16 de septiembre de 1977, dos años después del último adiós a Onassis, en su residencia parisina (donde llevaba recluida una década) moría en absoluta soledad María Callas, a los cincuenta y tres años. Hay quien dice que fue un paro cardiaco; otros se empeñan en hablar de suicidio; muchos piensan que, sencillamente, Aristóteles Onassis sintiéndose “solo, perduto e abbandonato” le pidió que lo acompañase en su travesía sin retorno por el más allá.


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