La peligrosa aventura española de George Spencer-Churchill, sobrino de Diana de Gales

El aristócrata, que es marqués de Blandford y futuro duque de Marlborough, remará desde La Gomera hasta Antigua en la regata más dura del mundo

Por Martín Bianchi

A sus 26 años, George Spencer-Churchill ya tiene todo lo que un hombre puede soñar: una fabulosa fortuna, un palacio de cuento de hadas, una bella mujer, un título nobiliario y otro en camino. Además, es un exitoso bróker de seguros, piloto de aviones y helicópteros, jugador de polo (y duro contrincante del Príncipe Harry), modelo ocasional para Dolce and Gabbana y primo de Lady Kitty Spencer, la ‘it girl’ del momento.

Pero el marqués de Blandford y futuro duque de Marlborough se ha propuesto cumplir los sueños de otros. El 12 de diciembre, zarpará en un bote de solo siete metros desde La Gomera, en las islas Canarias, rumbo a la isla de  Antigua, en el Caribe. Participará en la ‘Talisker Whisky Atlantic Challenge’, la regata más dura del mundo. Deberá remar durante más de un mes y soportar todo tipo de inclemencias: pocas horas de sueño, hambre, tormentas, ataques de tiburones, olas de hasta quince metros y excoriaciones (que, por cierto, solo podrá evitar remando sin ropa a la intemperie).

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Y todo por una buena causa. George espera recaudar 250.000 libras (unos 280.000 euros) para la ONG ‘Starlight’, que cumple los sueños de cientos de niños que sufren enfermedades terminales. La fundación se encarga de que los pequeños pacientes de varios hospitales británicos puedan conocer a sus estrellas del pop preferidas, jugar un partido de fútbol con los astros de la Premier League o dar un discurso en la ONU.

George no estará solo en esta peligrosa aventura. Surcará el Atlántico partiendo desde España junto a sus primos políticos, Toby y Casper Thorp, y su cuñado, Justin Evelegh. Se conocen desde hace diez años, cuando los cuatro coincidían en los veranos en la Isla de Wight. La idea de remar durante un mes en el desafío ‘Talisker Whisky’ surgió hace dos, en una fiesta navideña en el Palacio de Blenheim, residencia de los Spencer-Churchill desde hace siglos (y el hogar más grande del Reino Unido).

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“Estábamos buscando algo que nos sacara de nuestra zona de ‘confort’ y no hay dudas de que el océano Atlántico nos pondrá a prueba física y mentalmente”, explican George y sus amigos en la web oficial de la competición. “Este desafío nos permitirá alcanzar el objetivo de recaudar el dinero necesario para cumplir los sueños de muchos niños durante todo un año, un sueño por semana, para aquellos pequeños que sufren enfermedades terminales”, anuncian.

En su equipo hay navegantes profesionales, pilotos de helicópteros y aviones, instructores de esquí y atletas amateur. Sin embargo, el entrenamiento para la travesía está siendo agotador: reman cinco veces por semana y acuden al gimnasio casi a diario para cumplir con la preparación física. Y eso sin contar el ‘training’ mental para lo que les espera: más de 40 días en un pequeño bote, solos y rodeados de agua, alimentándose a base de productos deshidratados y agua desalinizada por ellos mismos.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Este verano, George se casó con  su novia de la infancia, Camilla Thorp, en el Palacio de Blenheim. Andrew Parker-Bowles, exmarido de la duquesa de Cornualles, y la aristocracia británica al completo,  asistieron al romántico enlace en Oxfordshire. El novio tuvo que acortar drásticamente su luna de miel para no interrumpir su rutina de entrenamiento. Estas Navidades serán las primeras que pasa separado de su mujer. La noche del 24 de diciembre, estará en medio del Atlántico, remando hacia Antigua.

“Hemos puesto el listón muy alto y queremos devolver algo a la sociedad. Este será el desafío más grande que afrontaremos en nuestras vidas”, dice el marqués de Blandford sin titubear. Parece haber heredado la determinación y temeridad de su antepasado, Sir Winston Churchill. El “bulldog británico” estaría orgulloso del joven George.