María José Campanario ejerce por fin como odontóloga

Por hola.com

Marido torero, niños pequeños, otro país, otro idioma, 1.800 kilómetros de viaje, quince días al mes fuera de casa...María José Campanario parecía tenerlo todo en contra para hacer realidad su sueño de sacar adelante la carrera de Odontología. Aunque no lo tuvo fácil , no era un capricho y lo demostró plantando cara a todos los obstáculos. Con un expediente brillante, le impidieron matricularse en Madrid "cuando hasta los presos se les concede el derecho a estudiar", nos decía en su día, así que tuvo que marcharse a Barcelona. Allí el precio personal fue demasiado alto -"no veía a mi familia y todos estabamos mal", nos recordaba entonces- y lo dejó.

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Hasta que llegó a Portugal. Aunque Arcos de la Frontera y Oporto marcan coordenadas opuestas en el mapa, ni los kilómetros, ni la oposición al principio de su marido, Jesulín de Ubrique, ni el hecho de tener que pasar medio mes lejos de la familia lograron que desistiera de su empeño. Y cinco años después y muchas horas de estudio se licenciaba como odontóloga.

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De eso hace un año, pero luego quiso seguir formándose y decidió hacer un máster, lo que retrasó su incorporación al mercado laboral, junto con una hernia de disco cervical, de la que tuvo que ser operada. Ahora plenamente recuperada ha comenzado por fin a trabajar como quería. Dos días a la semana, María José Campanario se desplaza desde Arcos de la Frontera (Cádiz) hasta Sevilla para acudir a una clínica de Sevilla a trabajar. Por fin su sueño se ha hecho realidad y ejerce ya como odontóloga.