Isabel II de Inglaterra

Subió al trono con veinticinco años, portó la corona durante setenta y cumplió hasta el final de sus días lo que ya prometió como princesa en 1947: “Declaro ante todos vosotros que mi vida entera, ya sea larga o corta, será dedicada a vuestro servicio”. Y así fue hasta el punto de que llegó a convirtiendose en la monarca más longeva en servicio en toda la historia de las monarquías.

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21 Abril 1926 - 8 Septiembre 2022

Mayfair, Londres


Página oficial: http://www.royal.gov.uk/
Horóscopo : Tauro

Cuando nació, el 21 de abril de 1926, en la londinense calle Bruton, nadie imaginó que se convertiría en la monarca más longeva del Reino Unido. Era la primera hija de los duques de York y fue bautizada en la capilla privada del palacio de Buckingham, el 29 de mayo, como Elizabeth Alexandra Mary, los nombres de su madre, su abuela y su bisabuela, las Reinas Alexandra y Mary, aunque se convertiría en historia bajo el nombre de Isabel II.

Una infancia feliz

Ocupaba el tercer puesto en la línea de sucesión al trono, pero, durante los primeros diez años de su vida, disfrutó de una infancia lo más normal posible, ya que sus padres así lo procuraban.Su infancia fue muy feliz. Pasaban las Navidades en Sandringham, la Semana Santa en Windsor y las vacaciones de verano en Balmoral, donde ella y su hermana, Margarita, aprendieron todo sobre las cacerías.

Estudios

Ambas fueron educadas en casa por su institutriz, Marion Crawford —conocida como ‘Crawfie’—, que describió a Isabel como "una niña alegre, inteligente, sensata y ordenada, a la que le apasionan los caballos y los perros". Estudió idiomas e historia constitucional y también aprendió música.

Cita con el destino

La abdicación de Eduardo VIII, en 1936, marcó un cambio de rumbo en la vida de la princesa Isabel. Con la renuncia de su tío al trono, con la intención de liberarse para poder vivir su historia de amor con la estadounidense Wallis Simpson, plebeya y divorciada en dos ocasiones, el padre de Isabel, Jorge VI, se convirtió en Rey y ella, por lo tanto, en la heredera, lo que significaba que, salvo que sus padres tuvieran un niño, ella ostentaría algún día el peso de la Corona, como así fue.

Su padre fue coronado el 12 de mayo de 1937 y aunque no deseaba ser Rey y, en su interior, le horrorizaba pensar que su hija tuviera que cargar algún día con el peso de la Monarquía, asumió su deber y, en aras de la continuidad y la estabilidad.

Su historia de amor con Felipe de Edimburgo

Tres años antes de la coronación de su padre, la joven princesa y el que se convertiría en su futuro marido, el príncipe Felipe de Grecia, se vieron por primera vez. Ella tenía ocho años y él trece. Era el año 1934 y coincidieron en la boda de la princesa Marina de Grecia con el duque de Kent, en Westminster, a la que ambos asistieron como tataranietos de la Reina Victoria y el príncipe Alber­to y, por tanto, primos lejanos. Volverían a verse en la ceremonia de proclamación, en 1937, pero fue dos años más tarde, en el verano de 1939, cuando Isabel quedó prendada de él.

Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial puso todo el romance de lado. Felipe estuvo en servicio activo dentro de la Marina Real, mientras que la princesa heredera ejercía desde tierra firme como mecánica de los coches de las tropas. Finalizado el conflicto, Felipe se presentó en palacio.

Una boda de cuento

En el verano de 1946 el futuro duque de Edimburgo le propuso matrimonio a Isabel. Ella aceptó inmediatamente, sin tan siquiera consultar a sus padres. Sin embargo, no se hizo el anuncio oficial hasta un año después. El 20 de noviembre de 1947, la pareja se daba el 'sí, quiero' en la abadía de Westminster, donde miles de personas acamparon la noche anterior para poder ser testigos de este momento histórico.

La familia crece

Un año después de aquel enlace, el matrimonio daría la bienvenida a su primer hijo u primogénito, Carlos, vino al mundo, por cesárea, el 14 de noviembre de 1948, en el palacio de Buckingham. Por su parte, la princesa Ana, la segunda de los cuatro hijos de los Príncipes nació el 15 de agosto de 1950, en Clarence House. En aquellos años la salud de su padre, el rey Jorge VI ya comenzaba a debilitarse.

Comienzo de su reinado

Cuando la princesa Isabel se embarcó en una gira por África oriental, Australia y Nueva Zelanda, en 1952, no se imaginaba que su vida estaba a punto de cambiar para siempre. Partió siendo princesa y regresó siendo Reina. La noche del 6 de febrero de 1952, cuando se encontraba de viaje, perdía a su padre: el Rey Jorge VI falleció en Sandringham, Norfolk, mientras dormía. De esta forma, Isabel asumió ser Reina y líder de la Commonwealth, reaccionando así con un íntegro sentido del deber que se convertiría en el sello de la ocupación del trono.

El 2 de julio de 1953, tuvo lugar la coronación de Isabel II, uno de los acontecimientos más importantes del siglo XX. Cerca de 8.000 invitados abarrotaron la abadía de Westminster para presenciar la investidura de la joven Reina, que por aquel entonces tenía tan solo 25 años.

Reina, madre y esposa

En 1960, nació su tercer hijo, el príncipe Andrés, y cuatro años después, el príncipe Eduardo. Criar niños y ser Reina a la vez no fue fácil, por supuesto. La exigencia del reinado, los viajes y el protocolo la llevaron a estar lejos en momentos clave.

Para soportar el peso de la Corona, Isabel tuvo a su lado a Felipe de Edimburgo. Juntos fueron un matrimonio irrepetible. El príncipe Felipe fue el único hombre en el mundo que tuvo el privilegio de tratarla como a otro ser humano, haciéndola reír y asegurándose de que su reinado fuera un éxito. Él fue la roca sobre la que se construyó la Familia Real… Y, también, el gran apoyo de Isabel II a lo largo de más de siete décadas.

Resiliente, como siempre fue, y con ese aplomo difícil de imitar, Isabel II aceptó su futuro desde el primer minuto y entendió que su servicio al pueblo sería la constante en su vida. Ya lo prometía en su cumpleaños 21 durante un viaje a la Ciudad del Cabo, "Declaro frente a todos ustedes que toda mi vida, ya sea larga o corta, será dedicada a su servicio", lo que cumplió hasta el último minuto.

70 años y 214 días de reinado

Su último acto como monarca fue el 6 de septiembre de 2022 ( cuando a sus 96 años la vimos pedir a Liz Truss que formara un nuevo Gobierno para el país, tras ser testigo de la llegada de 14 primeros ministros a Downing Street.) También su última imagen. Apenas y año y medio después de enterrar al que fue el gran amor de su vida, Felipe de Edimburgo (quien falleció el 9 de abril de 2021), la vida de Isabel II se apagaba para siempre la tarde del jueves 8 de septiembre de 2022, en paz y rodeada de su familia, en el castillo de Balmo­ral, en Escocia, dejando tras de sí el reinado más largo de un monarca en toda la historia de las monarquías: 70 años y 214 días