Cuando hablamos de desierto pensamos en un terreno arenoso, o pedregoso, que por la falta de lluvias carece casi por completo de vegetación. Pues bien, el Desierto de las Palmas no se ajusta en absoluto a la definición. Este espacio natural de Castellón, cercano a la costa, está poblado por una espesura casi impenetrable de alcornoques, carrascas, madroños, brezos, enebros, lentiscos o palmitos, que son los que dan nombre. Y vacío, cual desierto, tampoco es que esté, porque por él se ven masías, senderistas y ciclistas en cualquier época del año.
Seguimos una ruta en coche, y a ratitos caminando, para conocer este espacio verde tan cerca del mar que tiene enamorado a uno de unos actores de más éxito del cine español.