Y aunque la comemos con múltiples sabores, dicen los ortodoxos que la única variedad genuina es la margarita, compuesta solamente de tomate, mozzarella y albahaca. Una pizza que, cuenta la leyenda, debe su existencia a una anécdota de 1889: en una visita del rey Umberto I de Saboya al palacio de Capodimonte, el pizzero Raffaele Esposito preparó tres tipos de pizza. Cuentan que la favorita de la reina Margherita fue la de estos ingredientes, por lo que, en su honor, se le dio este nombre para siempre.
Verdadero o no, lo cierto es que en muchas pizzerías de Nápoles es la única que se sirve, tal vez junto con la marinera que, a pesar de llamarse así, no incluye pescado ni marisco sino, simplemente, tomate, orégano y ajo.
Madrid tiene su propio Little Italy, y está en Chamberí