Medina Sidonia: el pueblo gaditano de los dulces de Navidad

La capital repostera del mundo andalusí se aferra a sus tradiciones más auténticas ofreciendo, cada año, todo un despliegue de dulces navideños. En sus enrevesadas calles, herencia de los árabes que la moldearon siglos atrás, el aroma a avellana, almendras y especias invita a dejarse llevar… sin remordimientos.

Por Cristina Fernández

Decir que Medina Sidonia acumula en sus vetustas calles tres mil años de historia, no es cualquier carta de presentación. Su conjunto histórico-artístico no escatima en iglesias y en conventos, en casas señoriales y en plácidas plazuelas en las que la vida transcurre a un ritmo más pausado: las prisas, mejor, para las grandes ciudades. Pero es la fama de sus exquisitos alfajores, esas barritas energéticas que acumulan siglos de historia, la que la convierte en la capital gaditana del dulce de Navidad: la receta de este popular bocado forma parte de la esencia de la localidad.

Así que sí, habrá que llenar la despensa con un buen puñado de deliciosas propuestas típicas de las fiestas. Pero antes, ¿qué tal dar un paseo por el apodado 'Balcón de la Bahía'? Colmado de innumerables atractivos y monumentos, jamás defraudará.

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LA HISTORIA PASO A PASO

La silueta de Medina Sidonia destaca desde lo lejos, sobresaliendo desde la llanura que la circunda. Asentada sobre un promontorio, este enclave excepcional ha marcado su devenir desde el Paleolítico, aunque cuando verdaderamente resplandeció fue durante los tiempos de Al-Adalus. No en vano, la ciudad —porque sí, fue nombrada ciudad por Enrique IV en 1476 — está considerada Conjunto histórico-artístico y Bien de Interés Cultural.

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Comenzar a indagar en el enrevesado entramado urbano que se despliega en el interior de su recinto fortificado, construido entre los siglos X y XII y repleto de callejuelas que recuerdan su pasado califal, es muy similar a hacer un interesante viaje en el tiempo. No será mala idea arrancar la andadura atravesando el Arco de la Pastora, que con su arco de herradura da paso a la Fuente Salada. Deambularemos entre estrechas vías de paredes encaladas, como la calle Muro o Correos, en dirección a la que recibe el nombre del Doctor Thebussem: una placa rememora el lugar donde nació uno de los hijos predilectos de Medina. Bajo este pseudónimo se hallaba, sin embargo, el gaditano Mariano Pardo de Figueroa, famoso escritor, cervantista y gastrónomo español que fue, además, Caballero por la Orden de Santiago.

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Y seguimos, que aún queda mucho por descubrir. Como, por ejemplo, la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, del siglo XVII. Su campanario, en ladrillo visto, se alza hacia el cielo destacando entre los edificios de la localidad. Muy cerca nos topamos con el coqueto mercado de abastos de Medina Sidonia, que ocupa desde 1871 lo que antaño fueron las huertas del Convento de San Cristóbal. Un lugar de lo más singular en el que tomarle el pulso a la vida local mientras contemplamos el género que luce en sus puestos, ya sean frutas y verduras, carnes, pescados o incluso productos de cestería. Nos dejamos envolver por los sonidos y olores propios del lugar antes de hacer una parada técnica: también hay espacio aquí para otro tipo de gastronomía, la que se prepara a modo de tapas en las cocinas de sus bares más auténticos.

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Antes de atravesar un nuevo arco, en esta ocasión, el de Belén, subimos una de las cuestas para hacer una pequeña incursión a la Iglesia de Santa María la Coronada, templo gótico-renacentista levantado sobre una mezquita. En su interior nos paramos a contemplar la portada del claustro, donde se encuentra la imagen más antigua de la iglesia, la virgen de alabastro que Alfonso X El Sabio regaló a Medina cuando conquistó la ciudad en el siglo XIII. Su retablo, con 15 metros de altura y 168 imágenes, es sin duda la joya de la corona.

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Al otro lado de la muralla, enfilamos el camino que nos lleva a uno de los emblemas de la localidad: el Conjunto Arqueológico Cerro del Castillo gobierna Medina Sidonia desde las alturas. Un lugar estratégico desde el que controlar visualmente el territorio. ¿Algunos detalles de este enclave que le ha valido a Medina Sidonia el apodo de 'El Balcón de Andalucía'? Aquí van: se halla de una serie de tres fortificaciones superpuestas a lo largo de diferentes siglos; su origen se halló en el castillo militar levantado por los romanos, después paso a transformarse en alcázar árabe, y por último, en fortaleza medieval. Al final del ascenso, nos aguardan unas vistas sensacionales de 360 grados, con la sierra a un lado, y la costa al otro. Ya entendemos de dónde le viene el sobrenombre.

¿Y DE LA NAVIDAD, QUÉ?

Eso, que si pusimos la miel en los labios al comienzo hablando de las delicias autóctonas en tiempos de fiesta, era para tener la oportunidad de probarlas. Así que regresamos al corazón de Medina Sidonia, donde el mismo aroma a dulce nos guiará hasta uno de los obradores más populares, en la Pastelería Pepe el Soldao (panaderiapasteleriapepeelsoldao.es) se hallan Jaime y Sofía, tercera generación de una familia dedicada en cuerpo y alma a la hostelería, quienes tomaron el relevo de sus padres, especialistas en la elaboración de panes y dulces. Tanto es así, que llevan a gala el ser uno de los mejores obradores 100% artesanales de toda la provincia de Cádiz.

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Allí descubrimos las bondades —y, por supuesto, el sabor— del alfajor. Este dulce de tradición árabe ha sabido sobrevivir a lo largo de los siglos gracias a transmitirse su receta de generación en generación. Especiado, y con la miel y los frutos secos entre sus ingredientes principales, esta especie de canutillo suele presentarse en pequeñas piezas. Ojo, no se consume únicamente en Navidad, a pesar de ser cuando más se vende, está disponible durante todo el año.

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Será el momento de animarse un poco más y hacernos también con algunas amarguillas, otro de los dulces tradicionales de Medina Sidonia, mazapanes de cierto sabor amargo que son una absoluta delicia. La Torta Parda, muy demandada, cuenta con una receta cuyo origen corresponde a la familia Pardo Figueroa, y en concreto, a la hermana del propio Thebussem, que realizó varios tratados de repostería. Se trata de un bizcocho elaborado a partir de harina de almendras en forma de canastilla y relleno de cabello de ángel.

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Sin embargo, los negocios dedicados a los sabores de la dulce Navidad son múltiples y variados en Medina Sidonia. Otra parada la podremos hacer en Aromas de Medina (aromasdemedina.com), una empresa familiar dedicada a la repostería artesana desde 1958. Apuntarnos a una de sus visitas guiadas para descubrir como es su elaboración resulta de lo más interesante. De esta manera, conoceremos de primera mano la pasión que sus fundadores tuvieron siempre por recuperar la esencia y sabores de Medina. Antes de partir, eso sí, habrá que hacer parada en su tienda para surtirnos, sin miramientos, no solo de los dulces locales que ya conocemos, sino también de mantecados, polvorones, hojaldradas y roscos con los que abastecernos para estas fiestas.

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Para vivir la Navidad al completo en Medina Sidonia, lo mejor será dedicarle, al menos, un par de días. Este destino, con su inmenso legado cultural, huella de las distintas civilizaciones que por él pasaron, cuenta también con una gastronomía a la altura de sus dulces tradicionales. Lo comprobamos, por ejemplo, en el Restaurante El Duque (elduquedemedina.es) donde su cocina, mezcla de recetas de toda la vida y nuevos conceptos culinarios, nos hará disfrutar de los sabores de Cádiz. En su carta no falta la carne de vaca retinta ni los mariscos y pescados de la bahía. ¿Para catar? Nada como poner sobre la mesa un carpaccio de ternera retinta con queso, manzana y crema de membrillo, o el calamar de Conil frito con su tinta y alioli.

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El Restaurante La Vista de Medina (lavistademedina.com), ubicado en lo más alto del pueblo, cautiva no solo por su cocina, también por las vistas que de Medina Sidonia y de la Bahía de Cádiz se disfrutan desde su terraza panorámica. Además, cuenta con acogedoras habitaciones de estilo morisco que rememoran tiempos pasados.

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Otra alternativa de alojamiento, esta vez en el centro de la localidad, es el coqueto proyecto de apartamentos boutique solo para adultos bautizado como Victoria (atico73.com). De elegantes líneas y colores terrosos, supone todo un oasis de paz en el corazón de la villa trimilenaria.