Hay dos tipos de patios repartidos por la ciudad histórica: los que presiden casas y palacios señoriales, dispuestos en claustros y decorados con ricas esculturas, símbolo de poderío y linaje, y los patios de vecinos, de origen medieval, con suelos de enchinados y pozos con su brocal, ejemplo de arquitectura popular. El Palacio de Viana es un resumen de todos ellos. Cinco siglos, doce patios e infinitas sensaciones.