Por el barrio gitano del Sacromonte, pura leyenda

Salpicado de cuevas y casitas blancas donde a la caída de la noche se celebran las zambras, este barrio posee alguno de los miradores más bellos de Granada. Desde ellos se advierte la grandeza de la Alhambra, la ciudad cristiana y la Vega al fondo. Muy tentador para descubrir un día de estos lo que esconde.

Por Manuel Mateo Pérez

Granada, una de las ciudades más bellas del mundo, posee un barrio donde el tiempo se detuvo hace mucho. Es el Sacromonte y se llega a él después de atravesar la Carrera del Darro y las aguas blancas de su río, admirar las murallas y las torres de la Alhambra en el paseo de los Tristes y subir luego la cuesta del Chapiz, a uno de cuyos lados se extiende el Albaicín, el otro barrio más conocido de la ciudad que con sus casas moriscas y sus cármenes secretos, compite con él.

Moteado de cuevas, chumberas y casas blancas arracimadas en las laderas del cerro de Valparaíso, el Sacromonte está coronado por la ermita de San Miguel Alto –desde la que se advierte una de las panorámicas más bellas e inéditas del conjunto monumental nazarí y de toda Granada y su entorno– y soplado por los vientos de Sierra Nevada.

El barrio nació poco tiempo después de que los reyes Isabel y Fernando entraran en Granada en 1492. Gitanos y árabes perseguidos buscaron refugio por estas laderas y comenzaron a habitar las primeras cuevas. La calle Vereda de Enmedio, que hoy constituye la columna vertebral del barrio, fue en su inicio un empedrado camino que unía el Albaicín con la abadía. Hoy el barrio no es aquel lugar marginal, sino alternativa, pues la población gitana se ha mezclado con artesanos y pintores jóvenes que abren sus estudios en las primitivas covachas blanqueadas con cal por primavera.

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A la caída de la noche, las cuevas gitanas se llenan de animación, porque en ellas se celebran las zambras, esas fiestas genuinas del Sacromonte donde se canta, se bebe y se baila. Imprescindible la de María la Canastera (marialacanastera.com), donde disfrutar como museo y del mejor flamenco. Por ella han pasado desde Ingrid Bergman a los duques de Windsor.

Pero para entender el significado del barrio hay que entrar en el centro de interpretación que se halla en el barranco de los Negros. Allí se han rehabilitado doce cuevas (sacromontegranada.com) que recrean la historia, usos y costumbres de los habitantes de estas cuevas con mobiliario y enseres de la época.

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Con envidiables vistas desde el monte de Valparaíso, también imprescindible, la abadía del Sacromonte, en cuyo conjunto destacan las santas cuevas de varios mártires. En la iglesia se dan cita importantes obras de imaginería y pintura barroca, mientras que el museo exhibe en sus salas imágenes religiosas de algunos de los más reputados escultores que han pasado por Granada, además de finos tapices de Bruselas, lienzos de pintores como Sánchez Cotán o Bocanegra y una colección de libros incunables.

El Sacromonte no es posible entenderlo sin la colina que se halla enfrente. Es la colina roja de la Alhambra. En el inicio de la cuesta del Chapiz, en uno de los extremos del paseo de los Tristes, surge a la derecha un camino que conduce hasta la fuente del Avellano. El camino discurre paralelo al Sacromonte, pero en la otra orilla. A cada cien metros hay azulejos y planchas metálicas donde están escritos los poemas de los literatos que se inspiraron en este lugar.

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Dónde dormir

En el Parador de Turismo (parador.es), que abre sus puertas en el corazón de la Alhambra, en el antiguo convento de San Francisco. Desde su terraza se tienen unas vistas impagables al Generalife y al Sacromonte. Buena elección también El Ladrón del Agua (ladrondeagua.com), en la carrera del Darro, en un viejo palacio barroco atinadamente restaurado. El Palacio de los Patos (hospes.com), un cinco estrellas situado en un palacete historicista con habitaciones confortables, silenciosas y un restaurante de cocina tradicional al que hay que sumar una deliciosa terraza.

Dónde comer

El Huerto de Juan Ranas (elhuertodejuanranas.com) es uno de los comedores más conocidos de Granada, situado por debajo de la plaza de San Nicolás y con su terraza en varios niveles frente a la Alhambra. Ubicado en la planta alta del Museo de la Memoria de Andalucía, Álvaro Arriaga (restaurantearriaga.com), de deliciosa cocina vasco-andaluza. Y en Cenes de la Vega, a pocos kilómetros de la ciudad, Ruta del Veleta (rutadelveleta.com), uno de los mejores restaurantes de la provincia.

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