El sabio consejo de Carlos de Inglaterra a Meghan Markle antes de su gira por Oceanía

El príncipe de Gales, gran conocedor de la Commonwealth, fue de gran ayuda para la duquesa de Sussex antes de afrontar su primer viaje internacional

Por hola.com

El año pasado fue el año de los debuts para Meghan Markle y la mayoría de ellos los resolvió con solvencia. Uno de ellos fue su primera gira internacional que en octubre llevó a los duques de Sussex a Oceanía a visitar varios de los territorios que forman parte de la Commonwealth. Si hay alguien con experiencia en la organización de este tipo de visitas y que domina la idiosincrasia de los países oceánicos ese es Carlos de Inglaterra, que no dudó en darle a Meghan algunos valiosos consejos antes de partir, según ha revelado el diario británico Daily Mail.

Así fue la llegada de los duques de Sussex a Fiji

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Una de las recomendaciones del hijo de Isabel II fue que no llevara joyas demasiado ostentosas en su primera cena de gala en Fiji, como una tiara que había cogido prestada de la colección real de joyas. Su suegro le advirtió entonces que en algunas partes de la Commonwealth esta exhibición del lujo puede ser percibido como “reminiscencias” del pasado colonial de Reino Unido. Según confesó una fuente al periódico británico, “Meghan no entendía todo esto porque era nueva en su papel, así que el príncipe Carlos le dijo que eso no sería apropiado”.

Finalmente, la duquesa de Sussex siguió sus consejos y apareció en la cena ofrecida por el presidente de Fiji, Jioji Konrote, con un elegante vestido azul con capa y ninguna tiara en la cabeza, tal y como le aconsejó el príncipe de Gales. No obstante, sí recurrió a unos pendientes de diamantes, probablemente de la misma colección real de la que procedía la tiara que quería Meghan.

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Carlos de Inglaterra y su nuera tienen una relación muy cercana desde que se ofreció a acompañarla al altar cuando el padre de la duquesa anunció que no asistiría a su enlace. No obstante, no es la primera vez que una tiara provoca quebraderos de cabeza a la esposa del príncipe Harry. Para su boda quería escoger una pieza con esmeraldas incrustadas, pero finalmente su petición fue rechazada al no poder determinar el origen de la joya en cuestión. Finalmente, Meghan deslumbró en la Capilla de Saint George de Windsor con una tiara de diamante y platino de la colección privada de la Reina.