La llegada de la elegante Duquesa de Cambridge junto a su marido, el príncipe Guillermo, y su familia al Royal Albert Hall en el tradicional Festival del Recuerdo anticipaba precisamente eso: una noche inolvidable por todos los motivos. La Duquesa lució el color por excelencia de la elegancia con un abrigo de la precolección de otoño de 2014 de la firma Temperley London y con unos sencillos salones a tono. Como acostumbra llevaba su melena suelta con las puntas rizadas alrededor de sus hombros.
Los Windsor cerraron filas para recordar lo inexcusable, las miles víctimas en tiempos de guerra, específicamente desde la Primera Guerra Mundial. La reina Isabel y su marido, el Duque de Edimburgo, encabezaban la amplia comitiva real que incluía al príncipe Carlos y su esposa, la Duquesa de Cornualles; el príncipe Andrés, la princesa Ana y su marido, el vicealmirante Sir Tim Laurence, y los Condes de Wessex. La ocasión, que implicaba la primera aparición pública conjunta de los príncipes Carlos y Andrés tras su supuesto desencuentro, no podía ser más apropiada para dar por zanjado el conflicto entre hermanos y dar ejemplo de la paz familiar. Junto a los principales royals, asistieron también al evento el Duque de Gloucester, el Duque y la Duquesa de Kent, el Príncipe y la Princesa Michael de Kent y Alejandra de Kent.
La Familia Real británica fue recibida por el Presidente del Royal Albert Hall, Jon Moynihan, y el Presidente de la Royal British Legion, el Vicealmirante Peter Wilkinson. A continuación, todos los Windsor (todos menos uno) tomaron sus asientos en el palco real. Y es que nadie quería faltar al festival este año especialmente señalado en el que se cumplen los centenarios de las batallas de Somme y Jutlandia, el 25º aniversario de la Guerra del Golfo y el 80º aniversario del primer vuelo del Spitfire, un caza monoplaza británico usado por la Royal Air Force y muchos otros países Aliados durante la Segunda Guerra Mundial.
La única ausencia destacada fue la del príncipe Harry, que a lo largo de la semana ha conciliado una apretada agenda oficial con la discreta y fugaz visita de su novia a Reino Unido. Ese mismo día del Real Festival del Recuerdo, el príncipe Harry asistió al partido de rugby que enfrentaba a Inglaterra contra Sudáfrica en Twickenham, si no acompañado por su chica, que ya se encuentra en Canadá, sí en la buena compañía de otra dama, Charlene de Mónaco. Antes del partido, el quinto en la línea al trono visitó la impresionante puerta de rosas y amapolas para rendir homenaje a los que habían perdido la vida en la Primera Guerra Mundial.
