Visita de Estado

El Palacio de Buckingham se viste de gala en honor de don Felipe y doña Letizia

La Reina de Inglaterra ha ofrecido un banquete de Estado de los que hacen historia

Por hola.com

Más de tres décadas después de que un soberano español pisara el Reino Unido en visita de Estado y tras el cambio de fechas por el bloqueo político, por fin, las pesadas puertas de espejo del Gran Salón de Baile del Palacio de Buckingham se han abierto para recibir a don Felipe y doña Letizia. La Reina de Inglaterra ha ofrecido en honor a los Reyes un banquete de Estado de los que hacen historia.

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Probablemente se puede decir que esta cena de gala es la la cita más esperada de la visita más esperada del Reinado de Felipe VI hasta el momento. En torno a esta fecha se habían creado muchas expectativas y no ha decepcionado. Don Felipe y doña Letizia -vestida de rojo, su color para las grandes citas y con la Tiara Flor de Lis- han sido recibidos por la Reina de Inglaterra en el Salón de la Música, en donde se han hecho la foto de familia, y después, el cortejo real encabezado por la anfitriona y por el soberano español ha puesto rumbo al impresionante salón de estilo victoriano, una estancia con 14 metros de altura, 34 de longitud y 18 de ancho, el de mayor tamaño de los 16 salas de Estado que tiene Buckingham.

Los Windsor se han volcado en esta visita y, además de ejercer de anfitriones de don Felipe y doña Letizia en varias citas, como esta tarde durante su visita a la Picture Gallery, no han faltado al banquete. Además de la Reina de Inglaterra -que ha lucido un espectacular juego de aguamarinas cuadradas- y del Duque de Edimburgo, han asistido el príncipe Carlos, la Duquesa de Cornualles -con la tiara Boucheron de la Reina Madre-, los Duques de Cambridge, el príncipe Harry, el Duque de York, los Condes de Wessex, la Princesa Real y su marido, el Vicealmirante Sir Tim Laurence, los Duques de Gloucester, el príncipe Michael de Kent y Lady Gabriella Windsor.

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Entre las personalidades españolas que han asistido estaban algunos de los empresarios y banqueros más importantes de nuestro país como Esther Alcocer Koplowitz, Ana Patricia Botín, José Luis Bonet Ferrer, Rafael del Pino, Juan Rossell, Pablo Isla, José María Álvarez-Pallete o Antonio Vázquez.

Ante los tronos de Eduardo VII  y su esposa, que presiden la sala bajó el terciopelo rojo, se dispone la mesa presidencial, en donde se encuentra la silla de la Reina, que se sienta en el centro y es la única que tiene reposabrazos. Sobre mantelería de hilo blanco brillaba la cristalería –seis copas por invitado: agua, champagne, vino tinto, vino blanco, vino de postre y oporto- que se fabricó para la coronación de la Reina y la mesa estaba adornada con candelabros, jarrones de flores -rosas en varios tonos, peonías, lilas, brotes verdes y helechos- y varias fuentes con fruta: piña, cerezas, fresas o uvas, entre otros.

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Especialmente emotivo ha sido el momento en el que don Felipe ha tomado la palabra y en su discurso ha dedicado unas palabras a Ignacio Echevarría, el español al que la prensa británica apodó como “el héroe del monopatín” y que perdió la vida el pasado junio en Londres cuando fue a ayudar a un policía durante un ataque terrorista. “En Seguridad y Defensa somos aliados leales y cooperamos estrechamente en la lucha contra el terrorismo y el yihadismo cuya violencia cobarde y desalmada, lamentablemente, hemos sufrido en tiempos recientes. En ese sentido, quierto tener un recuerdo muy especial para todas las víctimas de esos atentados; entre las que se cuentan también ciudadanos españoles, como Ignacio Echevarría, que al intentar proteger las vidas de otras personas entregó y perdió la suya”.

Como es habitual, tanto en el menú como en la decoración, la soberana ha hecho varios guiños a nuestros país. Las fuentes estaban decoradas con claveles rojos (de azúcar), de los que han dicho que es la "flor nacional española", y en la mesa presidencial se han dispuesto unos peces articulados de oro, un detalle cargado de significado que don Juan Carlos y doña Sofía regalaron a la Reina y al Duque de Edimburgo con ocasión de su 50º aniversario de Boda.

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Como curiosidad cabe destacar que la mesa en Buckingham para estas ocasiones se monta con tres días de antelación. Un trabajo minucioso que se inició hace semanas y que incluye la selección de la porcelana, pulir la plata, colocar los antiguos candelabros o encender las más de cien velas que iluminan un comedor con capacidad para hasta 170 comensales en una mesa en "U" en el centro. Eso sin olvidar que es la Reina en persona la que supervisa cada detalle, desde el menú -escrito en francés- hasta las flores.

Los Reyes aterrizaron en Londres el martes pero no ha sido hasta la mañana del miércoles cuando se ha abierto su agenda oficial en el Reino Unido al ser recibidos en la ceremonia de bienvenida por el príncipe Carlos y la Duquesa de Cornualles. Tras pasar revista a la Guardia de Honor y después de que el himno español sonara en el corazón de Londres, don Felipe y doña Letizia se unieron a la reina Isabel y al Duque de Edimburgo en un carruaje rumbo al Palacio de Buckingham, el lugar en donde se alojan los Reyes durante su visita oficial.

Esta primera jornada de viaje ha incluido una visita a la Picture Gallery, en donde han podido contemplar obras que guardan relación con España, y un té en Clarence House, la residencia oficial del Heredero al trono y el momento en el que han podido disfrutar de una nueva charla más distendida con Carlos y Camilla. Antes de este banquete de Estado en su honor, don Felipe y doña Letizia han visitado el Palacio de Westminster, en donde han sido recibidos por el presidente de la Cámara de los Comunes.

El jueves continuarán con una apretada agenda que comenzará con la asistencia del soberano al Foro de Negocios Reino Unido-España para tratar asuntos de cooperación bilateral. Tras esto, la Abadía de Westminster, el templo al que acudieron siendo Príncipes de Asturias para asistir a la boda de los Duques de Cambridge, será su siguiente destino. Allí serán acompañados por el príncipe Harry para hacer una ofrenda floral, un gesto que en el Reino Unido está siendo analizado como un paso adelante en las labores de representación del nieto de la Reina, ya que es la primera vez que Harry participa en una visita de Estado de esta envergadura.