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La infanta Cristina ha acudido este sábado como invitada a la boda de unos amigos celebrada en la localidad toledana de Orgaz, una cita donde la hermana del rey Felipe lucía muy elegante y mostraba la mejor de sus sonrisas. Además, como era de esperar, su presencia en este pequeño pueblo manchego ha levantado la expectación y curiosidad entre sus habitantes, que veían pasar delante de ellos a la hija mediana de don Juan Carlos y doña Sofía.
La infanta Cristina: ni nueva ilusión ni nuevo novio
En el día de la coronación de Carlos III en Londres (Inglaterra), la que fuera duquesa de Palma ha asistido como invitada al enlace de José María Treviño Ruiz de Velasco y Paula Fernández Martínez. Unos novios que, como es lógico, derrochaban felicidad en esta fecha inolvidable junto a sus seres queridos. La Iglesia Santo Tomás Apóstol, que data del siglo XVII, ha sido el escenario donde la pareja se juraba amor eterno, templo al que también accedía la Infanta alrededor de la una de la tarde.
Doña Cristina ha apostado por un bonito vestido largo de color topo, bolso a juego y zapatos de tacón estilo sandalias, un look muy primaveral y acorde a una jornada soleada de cálidas temperaturas -en torno a los treinta grados- que vivimos en buena parte del país. Al llegar hasta allí, la cuñada de la reina Letizia saludaba primero a los lugareños haciendo un gesto con la mano y posaba después brevemente ante los reporteros gráficos.
La Infanta Cristina no pudo más, sus lágrimas desconsoladas en el funeral de su tío Constantino
Una vez concluida la ceremonia religiosa, numerosas habitantes se acercaban hasta ella para hacerse fotos -individuales y de grupo- a través de las cámaras de sus teléfonos móviles, a lo que esta accedía sin ningún problema. Posteriormente, el ya matrimonio y todos los asistentes se han trasladado hasta la finca familiar llamada La Estrella que se ubica en el municipio de Mazarambroz, también en Toledo, para disfrutar del convite.
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El protagonista de hoy convertido en flamante marido es hijo de José María Treviño Zunzunegui, que fue íntimo de don Felipe, y Gemma Ruiz de Velasco, en su día compañera de clase de las infantas. El empresario falleció de forma repentina en junio de 2016, deceso ocurrido en Burgos a sus 55 años durante el Camino de Santiago que recorría con su vástago. El Rey como la Infanta -acompaña entonces por Iñaki Urdangarin- dieron su apoyo a los más allegados tras el duro golpe, siendo vistos tanto en el tanatorio como en el funeral.
El motivo del viaje a Perú de la infanta Cristina
Esta última aparición pública de doña Cristina en nuestro país esconde una nueva realidad, y es que suele visitar con más frecuencia España por diferentes motivos. Viaja en ocasiones de Ginebra (Suiza) -donde reside con su hija Irene- hasta Barcelona porque allí se encuentra una sede de su trabajo en La Caixa, pero también ha volado bastante a Madrid en el último año. Recientemente, no quiso perderse el trofeo de tenis Conde de Godó en la Ciudad Condal, mostrándose -al igual que hoy- como una mujer nueva y enfocada en el presente a sus 57 años.
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