Comedores Reales: Descubre los lugares en los que se sientan a la mesa reyes y reinas

Del Palacio Real de Madrid a los exóticos jardines de Rabat, del iluminado salón de banquetes de Oslo a la exuberante galería de Suecia... Espacios únicos cargados de historia en los que nada se deja al azar

by hola.com

Del Comedor de Gala del Palacio Real de Madrid, considerado "el más bello de Europa", a las exóticas cenas en los jardines del Palacio Real de Rabat, pasando por un iluminado Salón de Banquetes del Palacio de Oslo o la espectacular Galería de Carlos XI en Suecia, inspirada en el Palacio de Versalles. Si algo tienen en común todos los comedores reales, grandes salas o salones de baile es que sus paredes encierran siglos de historia y que han sido testigos de cientos de visitas de estado, en las que se fraguan buena parte de las relaciones entre países.

Ya sea en mesas en forma de herradura, en mesas redondas o en mesas imperiales, los actuales reyes y reinas ejercen de anfitriones de mandatarios extranjeros, representantes de altas instituciones o miembros de otras casas reales en escenários únicos, para los que se lucen las grandes joyas, coronas, tiaras o condecoraciones. Cada comedor real es además un recorrido por la historia, el arte y la arquitectura del país, un viaje único a estancias fastuosas en las que se despliegan vajillas inspiradas en los frescos que adornan el techo, cuberterías de plata o copas con los filos de oro. Encuentros organizados al milímetro para los que las cocinas reales muestran su saber hacer y en las que nada se deja al azar. ¡Bon appetit!

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PALACIO REAL DE MADRID: El Comedor de Gala en el que los Reyes de España ofrecen sus cenas con motivo de las visitas de Estado ha sido definido en numerosas ocasiones como "el más bello de Europa". El salón se creó en 1879, cuando el rey Alfonso XII decidió unir "las tres salas de la Reina" -que habían pertenecido a la reina Isabel de Farnesio, segunda esposa de Felipe V- para obtener un gran espacio donde celebrar su banquete de bodas con doña María Cristina de Habsburgo-Lorena, su segunda esposa. Hoy, en estas estancias del Palacio Real de Madrid, don Felipe, doña Letizia y sus invitados disfrutan de un salón muy alabado por la calidad de sus pinturas murales y los frescos que decoran las paredes. Obras de Antonio Rafael Mengs (La Aurora en su carro) y de sus discípulos Antonio González-Velázquez (Cristobal Colón presentando el nuevo mundo a los Reyes Católicos) y Francisco Bayeu (La rendición de Granada). Eso sin olvidar los tapices tejidos en el siglo XVI, obra de Guillermo Pannemaker en oro, plata, seda y lana, así como los jarrones franceses. Un comedor de 400 metros cuadrados, iluminado con catorce lámparas de bronce de la época fernandina y una grandiosa mesa para un máximo de 120 comensales

 © Getty Images

PALACIO DE BUCKINGHAM: La Reina de Inglaterra ofrece la mayoría de sus cenas de gala en el Gran Salón de Baile del Palacio de Buckingham, lo que no es impedimento para que en algunas ocasiones abra las puertas de su residencia: el Castillo Windsor, en el condado de Berkshire. Sin embargo, teniendo en cuanta la comodidad de los invitados extranjeros, Buckingham se presenta como un lugar privilegiado en el corazón de Londres. A su salón de estilo victoriano, construido en 1856, se accede por unas grandes puertas de espejo que suelen permanecer abiertas. Bajo el gran pabellón de terciopelo carmesí aguardan los tronos de Eduardo VII y su esposa Alejandra, justo delante se sitúa el lugar de honor, reservado a la anfitriona real y a sus ilustres invitados. El salón está adornado con una rica mezcla de marfil y oro, alfombras púrpuras, esculturas de mármol blanco, retratos reales, tapices del siglo XVIII y a la derecha de la Reina un una lujosa vajilla adquirida por el Rey George IV y utilizada en 1820 en Carlton House, la residencia del Príncipe regente durante décadas. Siglos de historia en torno a una mesa en forma de herradura, con capacidad para 170 comensales

 © Getty Images

PALACIO REAL DE OSLO: El Salón de Banquetes Oficiales del Palacio de los Reyes Harald y Sonia de Noruega tiene una gran protagonista, ausente en la mayoría de comedores reales europeos: la luz natural. En un país donde los rayos del sol son apreciados, unos ventanales de casi seis metros de alto rodean la estancia de 300 metros cuadrados resaltando una decoración extraordinariamente sencilla. En palabras de su decorador, el artista Peder Wergmann, se buscaba “producir una efecto espléndido a bajo coste”. Así que pintados directamente sobre las paredes figuran una serie de dioses y diosas griegas, mezclados con motivos vegetales. Un patrón decorativo que sirvió de inspiración a la hora de tejer la nueva mantelería, que se usa desde el año 2000. Algo similar ocurre con la vajilla, regalo del Rey a la Reina en 1997 por su 60 aniversario, creada reproduciendo los detalles del techo, del que penden unas lámparas de prismas de cristal que se descubrieron en 1990 en uno de los desvanes del palacio y que pertenecieron a Óscar II, rey de Suecia y de Noruega. Este es el comedor real con mayor capacidad -225 comensales en mesas imperiales- de los que se usan habitualmente para cenas oficiales en cortes europeas. Tradicionalmente antes de acceder al Salón de Banquetes, los anfitriones y sus invitados se sacan una foto de familia en la Sala de las Aves (pintada en 1837), una de las más conocidas y alabadas del Palacio Real noruego © Casa Real de Noruega / Gtresonline

 

PALACIO REAL DE ESTOCOLMO: Aunque la Familia Real sueca cuenta con otras construcciones como el Palacio de Drottningholm –la residencia real- o el de Solliden –usada en verano-, para las cenas oficiales tradicionalmente los monarcas usan la Galería de Carlos XI en el Palacio Real de Estocolmo. Una bella y alargada estancia que originalmente fue pensada como un apartamento real y diseñada inspirándose en la Sala de los Espejos del Palacio francés de Versalles, a la que se integraron elementos nórdicos, como las pinturas del techo que narran episodios de las Guerras del Norte, en las que Carlos XI fue comandante del Imperio Sueco. La antigua tradición manda vestir la mesa de gala con plata real: cubiertos, candelabros y centros de mesa, que muestran el poder económico del Estado. Contigua al comedor se encuentra la sala conocida como 'El Mar Blanco', antiguo espacio reservado para bailes y actual sala de estar para sobremesas © Getty Images / Archivo

 

PALACIO REAL DE RABAT: Dar-al-Mahkzen es el conjunto de edificios que componen el Palacio Real de Rabat y la sede del Gobierno de Marruecos. En esta construcción única –erigida en 1864 sobre otro palacio del final del siglo XVIII- se recibe a los soberanos y mandatarios extranjeros cuando están de visita oficial en el país. Los banquetes se suelen celebrar debajo de una jaima (tienda tradicionale) o directamente al aire libre en los bellos jardines que rodean al palacio. Cuando el tiempo no acompaña las cenas oficiales se sirven en alguno de los salones interiores, exquisitamente decorados con motivos árabes por algunos de los mejores artesanos del reino alauí. A diferencia de las cortes europeas, aquí se opta por cenas tipo bufé en las que se sirve, en el centro de una mesa redonda, una gran variedad de sopas y platos tradicionales marroquís. Todo ello coronado por dátiles y una selección de la más fina pastelería árabe, en la que se mezclan la miel, los frutos secos y el agua de azahar. Un espectáculo para el paladar y para la vista, en el que no se deja espacio libre sobre el mantel

 © Getty Images

PALACIO DE HUIS TEN BOSCH (LA HAYA) Y PALACIO REAL DE ÁMSTERDAM: Aunque en ocasiones se hacen excepciones, como cuando se recibió el pasado mes de junio a Alberto de Mónaco en el Palacio de Het Loo o cuando la entonces Reina Beatriz optó por dar su última cena de gala en el Rijksmuseum, lo habitual es que las cenas oficiales y las visitas de Estado se concentren en el Palacio de Huis ten Bosch o el Palacio Real. El primer lugar se encuentra en la ciudad de La Haya y tiene un comedor de los más impresionantes de Europa: el Salón Orange. Este comedor tiene sus techos abovedados y las paredes decoradas con algunas de las mejores pinturas de la Edad de Oro del arte holandés. En marzo del año pasado, el rey Guillermo Alejandro ejerció de anfitrión en este comedor del siglo XVII para los líderes más importantes del mundo en el Nuclear Security Summit. En segundo espacio reservado para cenas oficiales se encuentra en la capital de Holanda, en un edificio al que en ocasiones se ha hecho referencia como "la Octava maravilla del Mundo": el Palacio Real de Ámsterdam. Construido como Ayuntamiento en 1648 -por el mismo arquitecto que estaba haciendo los palacios de Huis ten Bosch y de Noordeinde, Jacob van Campen- actualmente está destinado a cenas de gala. Los reyes Guillermo y Máxima de Holanda reciben a sus invitados en el Salón de los Ciudadanos, un espacio de techos altos, con una decoración épica a base de mármol y bronce que refleja un Universo en miniatura, todo ello vigilado por Atlas, que carga el peso de los cielos sobre sus hombros. Para los banquetes el suelo se cubre con una espectacular alfombra en la que también se contemplan las constelaciones y sobre ella se monta una gran mesa en forma de herradura © Getty Images / Cordon Press

 

PALACIO DUCAL DE LUXEMBURGO: El Gran Palacio Ducal de Luxemburgo es la residencia oficial del Gran Duque y el lugar en el que realiza la mayoría de obligaciones como cabeza del Estado. Construido en 1573, durante doscientos años fue la sede del Ayuntamiento de Luxemburgo, durante la Segunda Guerra Mundial fue saqueado y desde 1945 es la sede de la corona, cuando la Gran Duquesa Carlota volvió del exilio. El Gran Salón de Fiestas es el lugar donde se organizan las cenas de Estado, la tradicional recepción de Año Nuevo y también donde se recibe a los miembros de otras casas reales, al cuerpo diplomático extranjero o a los miembros de instituciones europeas. El Gran Duque Enrique y la Gran Duquesa María Teresa ejercen de anfitriones en una sala repleta de columnas en donde el blanco y el dorado es el protagonista, unidos a las pinturas que adornan los techos, eso sin restar importancia a los números retratos de miembros de la Casa Ducal que presiden la sala © José-Noël Doumont / Cour Grand Ducale de Luxembourg

 

PALACIO CHRISTIANBORG EN COPENHAGUE: Aunque en ocasiones también se han celebrado elegantes cenas oficiales en el Palacio de Amalienborg -residencia de la Familia Real danesa en Copenhague-, lo habitual es que los Reyes de Dinamarca ofrezcan los banquetes en el Gran Salón del Palacio de Christianborg, también en la capital danesa. El espacio es el más espectacular de las llamadas habitaciones reales con las que cuenta el palacio. Con una altura de diez metros, cuarenta de largo y una gran galería que rodea todo el salón, destacan algunos elementos decorativos que sobrevivieron a los duros incendios que castigaron al edificio en los años 1794 y 1884, lo que explica que la construcción sea una rica mezcla de tres épocas distintas de la arquitectura del país. Con motivo del 60 cumpleaños de la reina Margarita de Dinamarca, el Gran Salón fue renovado y de sus paredes se colgaron 17 tapices únicos que narran la historia de Dinamarca, un regalo que la comunidad empresarial había hecho a la Reina diez años antes. Frisos de mármol, grandes lámparas de araña y un suelo geométrico en blanco y negro hacen de esta sala un espacio único, en el que se monta una gran mesa en forma de herradura

 © Cordon Press