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ni a en la playa© GettyImages

Verano

Así puedes ayudar si ves que un niño se está ahogando en la playa o en la piscina

Explicamos, de manera detallada, los pasos a seguir en caso de que presenciemos un accidente por ahogamiento de un menor de edad


2 de agosto de 2023 - 19:23 CEST

En lo que va de año, más de 180 personas han fallecido en nuestro país por ahogamiento, según el último Informe Nacional de Ahogamientos (INA) publicado, con datos hasta el 30 de junio, a los que se suman las muertes reportadas en prensa en el mes de julio. El informe del INA comunica que seis de los fallecidos eran menores de edad (con edades entre los 4 y los 17 años); junto a ellos, al menos otros dos menores más perdido la vida en julio.  El ahogamiento   figura entre las principales causas de muerte infantil año tras año. Por eso, es necesario extremar las precauciones y nunca perder de vista a un niño que se está bañando en una piscina o en la playa, por mucho que lleve elementos de flotación y aunque sepa nadar. En caso de que ocurra un accidente y seamos testigos de que un menor se está ahogando, es imprescindible saber cómo actuar y hacerlo con la mayor celeridad posible.

Pasos a seguir si un niño se está ahogando en la playa o en la piscina

Actuar de manera rápida y acertada puede salvar una vida si presenciamos un accidente por ahogamiento. Para ello, necesitamos conocer algunas medidas básicas que pasan por seguir la conducta P.A.S (Proteger, Avisar y Socorrer):

  1. Sacar al menor del agua 
  2. Avisar al socorrista y a emergencias médicas
  3. Comprobar si está consciente y respira

Una vez hecho esto (que cualquier persona puede hacer, con o sin conocimientos mínimos para auxiliarle), “si tose, animar a que siga tosiendo”, detalla el Dr. Álvaro Díaz Conradi, Jefe de Pediatría del Hospital HM Nens, porque eso le ayudará a expulsar el agua que haya podido tragar. “Si la tos es claramente inefectiva porque los labios están morados [y en caso de que se trate de un bebé], entonces dar golpes en la espalda con el bebé tumbado sobre mi brazo para intentar desobstruir la tráquea”.

Llegado a este punto, el doctor recalca que “nunca debemos comprimir el pecho para intentar sacar el agua de los pulmones, esto no vale para nada”. Lo que sí habría que hacer, “si no hay signos de vida”, es realizar una RCP: “boca a boca y compresiones torácicas a ritmo 15:2 [15 compresiones en el pecho y dos respiraciones] hasta que lleguen los sanitarios”.

Niña pide ayuda© GettyImages

En caso de que el niño tenga un año o más, habrá que hacer la maniobra con el talón de la mano, que situaremos sobre el tercio inferior del esternón, y la palma de la otra mano sobre la primera y entrelaza los dedos. Si se trata de un menor de un año de edad, presionaremos con dos dedos (bien con el índice y el corazón o bien con los dos pulgares) en lugar de con el talón de la mano. Como decíamos anteriormente, la compresión en el pecho se hará 15 veces seguidas y, acto seguido, haremos pinza en su nariz, abriendo su boca e insuflándole aire 2 veces; al insuflarle el aire, deberemos asegurarnos de que su pecho se levanta con cada respiración. Habrá que repetir la operación hasta que el niño comience a respirar por sí mismo (o hasta que lleguen los servicios de emergencias).

Cómo prevenir los accidentes por ahogamiento en niños

  • Supervisión constante. Lo primero, como señalábamos al comienzo del artículo, es no perder de vista en ningún momento al niño. Si es menor de cuatro años, lo más seguro es permanecer junto a él mientras esté en la playa o en el interior de la piscina. Si la edad y la destreza de nuestro hijo en el agua lo permiten y deseamos estar fuera de la piscina [en el mar ni siquiera en esos casos deberían estar solos], es fundamental seguir la conocida ‘norma 10/20’, que básicamente consiste en mirarlo, como mínimo, cada 10 segundos y asegurarnos de que es posible llegar hasta él con el brazo en menos de 20 segundos.
  • Elementos adecuados de flotación. Es importante subrayar el adjetivo ‘adecuados’, puesto que no todos los que están a la venta lo son, como los flotadores y otros hinchables, que en la actualidad no se consideran elementos de protección, sino juguetes acuáticos. Los más recomendables son los chalecos y los manguitos que no son hinchables, si bien estos no eximen de prestar atención constante a los pequeños que los llevan.
  • Inculcar a los niños medidas de seguridad tanto en la piscina como en el mar. Es importante enseñarles los riesgos que pueden entrañar algunas acciones, como correr en pavimento mojado cerca de la piscina y no tirarse cerca de los bordillos o escaleras y más aún si hay otros bañistas cerca con los que puedan chocar. Incidir en todo esto es fundamental, puesto que correr y saltar en las piscinas llama especialmente atención a los más pequeños y no está exento de riesgos. En el mar, hay que evitar las aguas turbias, sobre todo, si van a bucear o a saltar, pues podría haber rocas o incluso otras personas nadando a las que podríamos no ver.
  • Enseñarles a nadar lo antes posible. La mejor prevención es enseñarles a desenvolverse en el agua cuanto antes. Es posible apuntarlos a clases de natación desde bien pequeñitos (en torno al año de edad) y, si bien a edades tan tempranas por lo general se trata de una simple aproximación al medio acuático, darles la oportunidad de hacerlo será el mejor salvavidas que les podamos ofrecer.