"La organización fue un poco caótica y estresante para todos, ya que yo vivo en Madrid y la boda fue en Tomiño. Menos mal que pude contar con mi madre para todo: quedaba ella con el cura, se encargó de las flores, la música... Sin ella no habría salido tan bien". De todos modos, nuestra protagonista quiere tranquilizar a los futuros novios: "Que deleguen, que relativicen. Si algo no sale como quieres, no pasa absolutamente nada, no te obsesiones ni dratamices. De lo que sale mal solo se dan cuenta los novios, así que disfrútalo, pues ese día pasará volando".
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