Estos fueron los ingredientes de un estilismo que ha dado la vuelta a la red, el que llevó en un día maravilloso y muy esperado. Y es que cuando preguntamos a Inés por su historia de amor, descubrimos que el suyo ha sido un relato marcado por una coincidencia. “Nacho y yo nos conocimos hace seis años por casualidad. Él acababa de mudarse a Madrid hacía pocos meses y el destino nos hizo encontrarnos en el que era uno de mis bares de referencia, El Penta. Fue un encuentro, digamos, curioso. Nos llevaría unos cuantos párrafos describirlo, pero lo importante es que nos encontramos, cerró el bar y nos separamos, pero ya sabía que había algo muy especial en él; así que dejé a mis amigas y me fui a buscarle por la calle. Le encontré, y desde ese día no nos hemos vuelto a separar. Nacho es de Lérida, estudió telecomunicaciones en Barcelona y se mudó a Madrid hace siete años. Es una persona divertida, ‘disfrutona’ de la comida, de la música y de su gente. El mejor compañero de viaje. Yo soy de Ávila. Estudié arquitectura en Valladolid y vivo en Madrid desde hace 10 años. Nuestro mayor placer es viajar, la cultura gastronómica y ahora que podemos en nuestra casita, tener siempre a amigos cerca y pasar tiempo en familia”.
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