“Por otro lado, sorpresas también tuve. Mis amigas me trajeron a unos mariachis con los que bailamos las canciones de Pasión de Gavilanes y Café con aroma de mujer, que tanto nos gustan. Y, la guinda del pastel, fue después de nuestro baile, cuando Álvaro, sin previo aviso, trajo a Pol 3.14. Me quedé sin palabras, imaginaos mi cara, no daba crédito”.
- La boda en Segovia de Cristina, la novia de los dos vestidos románticos