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Hoy en día rara es la boda en la que los novios no disponen de una lista de boda: es la opción más popular para organizar los regalos, que en este caso se traducen por dinero aunque de una manera más elegante, o al menos menos obvia, que la transferencia a una cuenta corriente o el entregar un sobre durante la ceremonia. La última de la tres es la opción más en desuso, aunque aún se ponga en práctica en las bodas españolas, especialmente entre los invitados más tradicionales o quienes ya hayan usado este método durante años, y les cueste más apegarse a la novedad de las listas de boda, especialmente si se organizan a través de Internet.
A pesar de todo, y como nos comentaba la wedding planner Concha Molina al preguntarle qué hacer con los regalos en caso de que se cancele la boda, aún hoy hay muchos invitados que deciden regalar algo personal a los novios; a menudo son personas muy cercanas a la pareja y que no se sienten identificadas con la idea de la lista de bodas (es algo más general, y a menudo los fondos se transfieren a la cuenta corriente de los novios en lugar de materializarse en regalos): entrarían en esta categoría por ejemplo los regalos que se personalizan, como un juego de toallas con las iniciales de la pareja -las de la imagen superior son de Zara Home-, o un bolso con un grabado especial, una pieza de arte o un recuerdo con más vaor sentimental o simbólico que puramente económico.
Los regalos de este tipo se pueden regalar en grupo, lo que permite hacer un regalo más 'potete' o incluso hacerse cargo de un monto de la boda. Si la pareja tiene un nutrido grupo de amigos en común, es frecuente hacer un regalo previo al enlace que puede estar directamente relacionado con la ceremonia, como por ejemplo una escapada pre o post boda, o lo que se conoce como 'reglar emociones', como por ejemplo contratando los servicios del fotógrafo o incluso poniendo el dinero para los anillos de casados de la pareja. Fundamental, claro, comunicarlo con suficiente tiempo de antelación para no 'pisar' los planes de los novios.
También es posible que los novios no dispongan de lista de bodas: el 'ajuar' puesto en común por los invitados es una tendencia que vive su propio revival en Estados Unidos, donde nunca ha dejado de entregarse a los recién casados regalos escogidos personalmente, y que devuelve la tradición de dejar en manos de los seres queridos el ayudar a amueblar poco a poco la casa, incluso si ya se vive en ella. La tercera y última opción son los invitados que no pueden acudir a la ceremonia por la circunstancia que sea pero que aún así quieren participar haciendo a los novios un regalo. En estos casos, el regalo personal es más que aceptable en sustición de la lista de bodas o el dinero.
1. La Radio Original, de Phillips (229, 99 €). 2. Tarjeta regalo de Rusticae para dos personas durante dos noches, con 40 hoteles para elegir (170 €). 3. Tagine de 27 cm. en color cereza de Le Creuset (169 €). 4. Alfombra de pelo largo GASER en color beige, de Ikea (99 €). 5. Espejo redondo STABEKK con marco de madera maciza, de Ikea (49,99 €). 6. Lámpara de mesa con pie tipo trípode, de Zuiver (p.a.c)
¿Qué regalamos?
Si te encuentras en alguna de las situaciones descritas anteriormente (lo tuyo no es la lista de bodas, directamente no existe lista de bodas o no vas a la boda pero quieres hacer un regalo), hay varias opciones que se pueden tener en cuenta, aunque lo más habitual es buscar un regalo que sea práctico, que sea del gusto de la pareja que se casa y que se ajuste más o menos a lo que se espera que los invitados se gasten de media en el regalo, y que suele ser el equivalente al precio del menú. Los regalos para parejas abarcan todo lo que va del menaje del hogar a los pequeños electrodomésticos y la decoración e iluminación, aunque también podemos echarle imaginación y regalar un pack aventura con fecha abierta o un fin de semana romántico en un parador o una casa rural, o explorar la opción de dar una 'sorpresa' a los novios en su primera noche de recién casados: enviando un ramo de flores o una cesta de frutas provenzales a su habitación de hotel -en Naranjas de la China las preparan con precios a partir de los 50 €-, contratando en secreto una sesión de spa para relajar los nervios post-boda, o alargando su estancia en el hotel un día más.
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