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Un año más, Mónaco ha desplegado su alfombra roja más futbolera para acoger el sorteo de la nueva temporada de la Champions League. Entre futbolistas y entrenadores, Helen Svedin y Antonela Roccuzzo han sido algunas de las pocas mujeres que han parado frente al photocall, pero sus estilismos son suficiente para aprender cómo adaptar una de las tendencias más arriesgadas de las invitadas de noche a estilos opuestos. Nos referimos a los acabados metalizados, que, como ellas han probado, puede llevarse en tan pequeñas dosis como queramos porque mientras la mujer de Lionel Messi arriesgaba todo al dorado en la parte superior de su vestido, la esposa de Luis Figo ha preferido relegarlo a un segundo plano con unas sandalias metalizadas.
Helen Svedin es una de las WAG's con más estilo del panorama actual. A sus 44 años, la modelo sueca no solo mantiene sus medidas de maniquí, tal y como demostraba en HOLA.com este mismo verano, sino que su forma de combinar básicos con piezas de lujo es una de las más admiradas. Como nos contaba cuando se convirtió en 'Editora por un día', su forma de vestir ha cambiado mucho desde que empezó a trabajar hace casi tres décadas, pero "siempre se ha mantenido simple y clásica". Una definición que describe a la perfección el estilismo elegido esta noche para asistir a la gala en Mónaco: un discreto vestido blanco con escote plisado, manga larga y falda midi que podría llevarse tanto de día como de noche. En esta ocasión, la mujer de Figo ha sido una de las más elegantes de la fiesta gracias a su combinación con varios pendientes en oro, un colgante de brillantes y un único anillo en su anular izquierdo. Para completar el look, ha añadido una cartera guateada de piel negra (de la línea Boy de Chanel) y unas sandalias de tacón alto que añadían la tendencia metalizada.
Muy diferente y más atrevido ha sido el estilismo de Antonela Roccuzzo, que ha optado por un vestido del diseñador Kelvis Casillas largo con abertura lateral en la falda, uno de los detalles que más estiliza en un look de invitada. Sin embargo, no era este el foco del diseño, sino la parte superior, bordada con paillettes doradas, sin mangas y con un profundo escote hasta debajo del pecho. En la cintura, el vestido se ceñía y cambiaba de color, acentuando las curvas de la argentina de 31 años. Como complementos, ha elegido dos pulseras doradas y unas altísimas sandalias negras de plataforma que quedaban ocultas en el largo del vestido. Solo un detalle ha unido estos dos estilismos tan diferentes: tanto Helen como Antonela han dejado sus largas melenas sueltas y ligeramente onduladas, un peinado muy natural que nunca pasa de moda.
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