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Tras un último look en el que mezclaba de forma arriesgada vivas tonalidades entre sí, Meghan Markle ha decidio mostrar su imagen más suavizada con un estilismo coordinado en color crema durante su visita a Mayhew, organización benéfica para el bienestar de los animales de la que se estrena como madrina. Lo cierto es que durante estos últimos meses la duquesa de Sussex ha evitado decantarse por colecciones premamá durante su embarazo, adaptando así diseños de invitada que suponían una inspiración para todas las mujeres como aquel vestido de flores de Brock Collection. Pero en este segundo trimestre de gestación parece que la cuñada de Kate Middleton sí va a cambiar de idea, al menos así lo ha demostrado con sus estilismos más recientes. El de hoy: un vestido de punto que se puede adquirir por 28 euros.
Con cuello chimenea, manga larga y falda por encima de la rodilla, Meghan ha presumido de curvas con un diseño que pertenece a la colección premamá de H&M. Para combinarlo, recicla un abrigo de cachemir con tres botones de Emporio Armani valorado en 1.920 euros. En este caso el modelo no pertenece a esta temporada y está agotado.
Además, y coordinándose a la perfección en color con el resto de piezas del look, la Duquesa ha querido combinar el bolso tipo Tote de Stella McCartney. Se trata del modelo Falabella en tamaño mini, el cual puede encontrarse en distintas plataformas de venta online por 1.200 euros aproximadamente. En este accesorio, llama especialmente la atención la cadena metalica que incorpora, la cual se prolonga por los laterales a modo de ribete. Como calzado, recurre a unos zapatos destalonados con tira trasera al tobillo y, de nuevo, Meghan vuelve a ser fiel a su mantra: medias nunca, aunque sea invierno.
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