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Medusa inmortal (Turritopsis nutricula)

Desde la ciencia siempre se ha tratado de determinar qué organismo es capaz de autorregenerarse para mantener la mayor longevidad o, como en el caso de la medusa inmortal, la vida eterna. Lo que consigue esta medusa no es vivir para siempre, sino cambiar de estado en función de las condiciones, y volver a un a fase de pólipo (que para las medusas es el más primario) y resguardarse durante un tiempo hasta conseguir los nutrientes y las condiciones necesarias para volver a aflorar y desarrollarse como un espécimen adulto. Fue en los años 80 cuando se logró determinar que esta medusa es capaz de no llegar a morir nunca, y en cuanto se pudo se secuenció su genoma para conocer qué le permite rejuvenecer y andar constantemente en una línea de tiempo móvil, determinándose que esta medusa dispone de células pluripotentes, que pueden cambiar de forma y de función, y gracias a ello y a la enorme simplicidad del organismo de este tipo de ser marino, ser capaz de hacerse pólipo, madurar y volver a rejuvenecer sin límite.

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Almeja de Islandia (Arctica islandica)

Entre los animales de todo el planeta, fue el libro Guinness de los Récords el que determinó en 2006 que el podio de mayor longevidad se le concede a la almeja de Islandia, que es capaz de sobrevivir por más de 400 años. Esto no ocurre en todos los especímenes, ni mucho menos, se deben dar ciertas condiciones tanto en el propio espécimen como en las condiciones ambientales, sin embargo en 2016 los científicos han encontrado almejas de Islandia por encima del máximo que se habían encontrado hasta el momento, de 507 años, lo que significa que habría nacido en 1499. Este descubrimiento ayudó a los científicos a poder reconstruir la historia climática de la zona donde fue encontrada, en el Atlántico Norte, pues estudiando la superficie de la concha se pueden llegar a muchas conclusiones sobre los motivos de la erosión y los sustratos en los que habitó.

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Ballena boreal (Balaena mysticetus)

Este cetáceo es la única especie que sigue viva en el planeta de su género, la podemos encontrar en el ártico y llega a tener hasta 18 metros de longitud y a pesar 100 toneladas. Su gran boca y las barbas de las que dispone son dos cualidades muy características, con hasta 600 cabellos de hasta 3 metros cada uno. Se creyó durante mucho tiempo que estos animales podían vivir un máximo de 70 años, pero varias investigaciones de los años 90 descubrieron que su esperanza de vida podría ascender hasta los 200 años y que, además, las hembras siguen siendo reproductivas hasta pasados incluso los 90 años. Lamentablemente, esta especie está muy amenazada, tanto por la mano del hombre como por los factores medioambientales como el cambio climático y la contaminación de las aguas en las que reside.

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Erizo del mar rojo (Strongylocentrotus franciscanus)

Cuando nos referimos a la esperanza de vida de ciertas especies estamos poniendo el foco en hasta cuanto pueden vivir algunos ejemplares, pero no a que sea la norma general en todos ellos. Este es el caso del erizo del mar rojo, que pese a que lo habitual es que no supere los 30 años de edad, se han encontrado ejemplares sobre los que se ha podido determinar una edad de más de 200 años. Estos erizos los podemos encontrar en el Océano Pacífico y viven a más de 90 metros de profundidad. Por instinto viven siempre en grupos de entre cinco y diez ejemplares, y una de las condiciones que pueden ayudar a alcanzar esta esperanza de vida tan elevada es que su organismo se auto-regenera con gran facilidad, especialmente las espinas, una vez que se pierden o dañan.

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Pez roca (rougheye)

Llegados a este punto tal vez te preguntes por qué la mayoría de los animales del planeta que más viven son marinos, eso tiene una explicación más o menos fácil, y es que el agua permite una mayor conservación y regeneración de los cuerpos, además de que algunos de estos animales pueden permanecer ocultos durante más tiempo y esquivar así ser presas de los depredadores. Este es el caso del pez roca, una criatura marina que tiene un rango de esperanza de vida sorprendente que va desde los 11 años hasta los 200. Los científicos han tratado de determinar qué les hace vivir tanto tiempo y, también, por qué algunos apenas superan una década y otros alcanzan dos siglos. Según parece, solo algunos de estos peces disponen de un gen capaz de separar el ADN y generar una respuesta inmune impresionante que, a su vez, varía completamente el metabolismo del espécimen, haciéndolo mucho más resistente a cualquier inclemencia propia del desgaste celular.

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Tortuga Galápago (Geochelone nigrita)

Puede que el secreto para que este animal viva algo más de 150 años sea las horas que duerme, alrededor de 16 al día, además de que tienen un metabolismo muy lento que no gasta demasiados recursos y es capaz de alargar los periodos sin agua o alimento de forma muy llamativa sin que el organismo de la tortuga se vea limitado o comprometido. Estas tortugas son vegetarianas, y aunque pueden sobrevivir meses sin alimento, necesitan nutrirse casi constantemente de los rayos del sol. Fue nada más y nada menos que Charles Darwin quien en 1835 tomó el desarrollo de estas tortugas como ejemplo para inspirar algunos de los pilares de su teoría de la evolución de las especies.

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Geoduck del pacífico (Panopea generosa)

Esta almeja con un aspecto tan característico puede llegar a vivir hasta 150 años, se encuentra en la costa oeste de norteamérica y ha logrado sobrevivir, entre otros motivos, porque no tiene depredadores que le acosen, salvo el ser humano, que ha encontrado en ellas un alimento de moda. Se trata de una de las almejas más grandes del mundo, y su concha no es capaz de retenerla por completo, por lo que queda fuera una parte importante de su músculo, se han encontrado especímenes de casi 8 kilos de peso. Sin embargo, lo curioso es que aunque es una especie que probablemente lleve miles de años con nosotros, la ciencia no había reparado en su existencia hasta hace un par de décadas, aunque los marineros de la zona sí dieron cuenta de conocerlas desde mediados del siglo XX.

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Esturión del lago (Acipenser fulvescens)

Este pez de agua dulce se encuentra en las zonas templadas de América del Norte y se cree que su elevada longevidad se debe a que posee un esqueleto cartilaginoso que mantiene una regeneración más ágil que otras especies que no cuentan con esta característica. Puede llegar a vivir más de 100 años y sus huevas son las que de forma coloquial se nombran como caviar. Es un pescado codiciado, tanto por eso como por su carne.

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Pez reloj del atlántico (Hoplostethus atlanticus)

De nuevo nos encontramos con un animal marino capaz de llegar a vivir alrededor de 150 años. Se trata de un pez sedentario que queda adherido al sustrato a una profundidad de más de 600 metros en aguas frías de las cordilleras oceánicas, lo que favorece que los depredadores no pueden dar con él y, además, que se den las condiciones más favorables para que la conservación de su organismo sean lo más óptimas posibles. Sin embargo, una vez que fue descubierto por el hombre se empezó a pescar de forma habitual, convirtiéndose en una especie muy comercializada en todo el mundo.

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