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Maureen, hija de Ronald Reagan y la actriz Jane Wyman, padecía cáncer de piel desde 1996. Tras cinco años de intensa lucha contra su enfermedad, ha fallecido en su casa de Sacramento. Su marido, Dennis C. Revell, ha declarado que “ha sido una muerte apacible”. La hija de Reagan vivía junto a su marido y su hija de 16 años, Rita, a la que adoptó el matrimonio en 1995.
Maureen se sometió a diversos tratamientos de quimioterapia y radioterapia desde que se le diagnosticó el cáncer. Aunque la enfermedad remitió en algunos periodos de tiempo, este último año las pruebas médicas revelaron que la enfermedad se había extendido hasta el cerebro.
Siempre estuvo muy unida a su padre
El autor de las memorias del Presidente Reagan, Edmund Morris, dijo sobre ella que tenía mejor oratoria que su padre. A Maureen le apasionaba la política, de hecho probó suerte, en los años 80, optando al Senado en California, aunque sin éxito. Años después, representó a Estados Unidos en la Comisión sobre el Status de la Mujer; feminista convencida, estaba en desacuerdo con su padre en el tema del aborto y militó por esa causa. Tiempo después, se dedicó al análisis político, participó en tertulias radiofónicas y escribió un libro titulado “Primer padre, primera hija: memorias”.
Siempre estuvo muy unida a su padre, “la relación con mi padre no ha cambiado a lo largo de los años, le quiero igual, le respeto y le admiro. Él siempre ha sido un buen padre y yo siempre seré la niña de sus ojos”. Cuando a Ronald Reagan se le diagnosticó Alzheimer, Maureen comenzó a dar charlas en colaboración con la Asociación que lucha contra esta enfermedad y ha luchado para que las familias que padecen este mal reciban ayudas económicas.
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