¿Y si mi pareja antepone a su familia?

La comunicación es fundamental y hay que tratar de explicar lo que nos hace sentir incómodos o creemos que está afectando a la relación

Por Pilar Hernán

Tal vez te has encontrado en alguna ocasión, bien de forma personal o con alguien de tu entorno, con esta situación: uno de los miembros de la pareja antepone su familia a la relación. Siempre es más importante lo que sucede en su entorno familiar que con su media naranja. ¿Cuáles pueden ser las razones que llevan a que nuestra pareja ponga por delante lo que reodea a su familia? “Esto sucede sobre todo, si la pareja no ha puesto los límites adecuados con miembros de su familia natal, hay roles intercambiados, codependencia, o hábitos relacionales que no se han ajustado con el tiempo a las etapas vitales o de maduración, etc”, nos cuenta Laura Palomares, de Avance Psicólogos.

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El tipo de apego

Nos preguntamos si puede influir el tipo de apego que tenga la persona con su familia. En opinión de Laura Palomares, nuestro estilo de apego se aprende en el modo de vincularnos con nuestra familia. “Esto influye en cómo nos relacionamos con los demás y desde luego en la pareja. Por eso es bueno reflexionar sobre nuestro estilo de apego y cómo este puede generar creencias y comportamientos que no siempre son adecuados. Además, si nuestra pareja tiene un tipo de apego ansioso preocupado con su familia, puede ocasionar dependencias que en ocasiones afecten a la relación. Otras veces son estilos más evitativo distanciantes de apego los que pueden dificultar la relación”, nos detalla.

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Qué podemos hacer

En el caso de que nos encontremos ante esta situación, ¿cuáles son las opciones que tenemos? Es fundamental tenerlo claro para evitar problemas mayores. “Es muy importante no reprochar ni echar en cara a nuestra pareja lo que estamos observando, entendiendo que se trata de aprendizajes que todos desarrollamos en familia y tratando de explicar lo que nos hace sentir incómodos o creemos que está afectando a la relación. La toma de conciencia de forma serena y sin juicio ayuda reflexionar para ir cambiando determinados aspectos de forma consciente”, aconseja la psicóloga.

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Una situación compleja

Lo que está claro es que se trata de una situación especialmente compleja de afrontar. Y lo es, tal y como cuenta Laura Palomares, porque en ocasiones son muchos los hábitos de relación familiar que se han establecido de los que no se es consciente y cuesta ver. “Algunos de estos hábitos implican por ejemplo que se dé poco espacio a la relación de pareja o no se le conceda la importancia y el lugar adecuado, entendiendo el afecto de manera jerárquica. Si esto nos ocurre con nuestra pareja y su familia política es muy importante expresarlo de forma adecuada tratando de no levantar defensas. Es un tema sumamente delicado del que la mayoría de las veces no se es consciente”, nos comenta.

Tratar de que no afecte a nuestra relación

La clave es intentar poner remedio a esta situación para evitar que pueda llegar a afectar a la relación y al día a día de la pareja. “Muchas parejas acuden a terapia por este motivo, o están detrás estas causas sin que aún sean conscientes”, comenta. Hay que entender, en su opinión, que no hay culpa, sino formas de relación entre los familiares de la pareja, de los que probablemente no sé es consciente aún.

Es recomendable en estos casos:

  • Hablar desde el respeto y expresar los puntos concretos en los que creemos que está afectando a la relación.
  • Negociar espacios con las familias políticas y espacios fuera de ella. A menudo los problemas surgen cuando no se delimitan estos espacios. Muchas personas se sienten obligadas a pasar el tiempo libre con sus familias, dejando muy poco espacio a momentos con la pareja o propia familia construida. Esto con el tiempo debilita y erosiona enormemente la relación.
  • Evitar luchas de poder o comparaciones entre “tu familia y la mía”. A menudo se discute enfrentando y comparando ambos modelos, lo que genera enfrentamientos, competitividad y distancia, lo que rompe la complicidad.