Aunque ya llevamos bastantes semanas inmersos en el invierno, parece que la primavera todavía está lejos. La pandemia, los temporales de nieve y mal tiempo, la incertidumbre que nos golpea… Necesitamos una buena dosis de alegría que podemos conseguir rodeándonos de belleza y colores vivos.
Cultivar plantas que florecen en la estación más fría del año puede ser una solución. El narciso es una de ellas: descubre cómo cultivarlo y hacer que crezca saludable.
Un soplo de esperanza
El narciso (Narcissus) es una planta bulbosa de la familia de las Amaryllidaceae que comprende más de 40 especies diferentes.
Puede crecer y desarrollarse tanto en el exterior como en el interior, siempre que se den las condiciones favorables: a saber, clima suave, una buena dosis de luz, un suelo fértil y un riego moderado.
El narciso se planta en otoño y florece a finales del invierno. Sus bellas flores amarillas con forma de trompeta son como un anuncio de que la primavera está cerca. Hazte con algunos ejemplares de narciso y, cuando los veas florecer, siente y disfruta de ese rayo de esperanza. Parecen querer decir: “todo va a salir bien”.