Coloca una alfombra
El invierno y las lluvias o la nieve van dados de la mano. Por eso para proteger la entrada de tu casa del barro o la tierra que puede haberse quedado en las suelas de las botas, conviene colocar en la entrada de tu casa una alfombra en la que descalzarse y que evite que esta suciedad se extienda por tu casa. Cierto que después tendrás que aspirarla cuando limpies, y supone una tarea más, pero verás cómo el resto de tu hogar se mantiene libre de polvo y tierra.
Puedes elegir cualquier tipo de alfombra, dependiendo del estilo de tu recibidor. Las de fibras son cálidas también en invierno, aunque si os vais a descalzar sobre ellas algo más incómodas que, por ejemplo, las de lana o algodón. En cualquier caso, coloca también una base antideslizante que proporcione seguridad.
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