Unas puertas correderas automáticas de cristal aíslan la piscina, permitiendo, al mismo tiempo, contemplarla mientras disfrutas de una velada en el ‘bar’, en el que no falta la barra. Llama la atención el proyecto lumínico. Así, la iluminación general se establece mediante un carril con focos que recorre todo el perímetro del espacio, dejando libre el centro, lo que genera una atmósfera más idónea para los momentos de relax. Mientras que la luz interior de la estantería, que alberga la cristalería, con copas idóneas para cada bebida, se encarga de la puntual, creando ambiente.
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