Las paredes lisas parecen cosa del pasado. Las nuevas tendencias decorativas incluyen en sus propuestas un elemento de decoración clásico con cierto aire renacentista, que puede aportar a las estancias de tu hogar un toque muy elegante sin resultar anticuadas o aburridas. Visten y dan calidez, por eso, las molduras se convierten en el elemento perfecto para decorar paredes y techos mientras consiguen crear una atmósfera llena de creatividad y originalidad.
La decoración con este tipo de elementos vuelve a despuntar este año. Una forma sencilla de renovar cualquier espacio por la que ya apuestan numerosos e importantes arquitectos e interioristas. No obstante, y aunque pueda parecer que revestir paredes y/o techos con estos ornamentos tiene un elevado coste, en realidad, gracias a materiales como la escayola, el poliestireno revestido, poliuretano o placas de madera, es bastante asequible.
El estilo señorial empieza a abrirse paso entre el nórdico, que desde que comenzase a imperar en el diseño de interiores, prometía iba a mantener su hegemonía durante una larga temporada. Sea como fuere, una buena combinación de ambos puede ser muy positiva gracias a la luminosidad y ese toque minimalista que aporta el estilo escandinavo.
Paredes y techos
Las molduras se llevan tanto en paredes como en techos, eso sí, para no sobrecargar la estancia mejor decantarse por una u otra. Colocadas a mitad de altura en la pared conseguirás un resultado elegante y sofisticado; además, esto te permitirá contar con dos espacios diferentes en una misma pared con los que jugar a nivel decorativo, con dos colores o directamente utilizando papel pintado.
¿Un extra? Si tienes niños en casa, una buena idea es forrar la parte baja con madera, para protegerla de golpes, rozaduras y evitar que conviertan las paredes en un lienzo en el que poder desatar toda su creatividad. Otra opción es empapelarla con papel pizarra y dejar que saquen su lado más picassiano.
Diferentes colores y formas
Una variante muy demandada es colocar diferentes tipos de molduras en una misma pared y, aunque las líneas delgadas y simétricas te ayudarán a crear la armonía en el conjunto, la creatividad no tiene prácticamente límite cuando hablamos de molduras. Las diferentes formas y dibujos son múltiples; no es conveniente abusar de ellos, aunque las figuras más recargadas suelen quedar mejor en techos o en zonas bien delimitadas, como puede ser el marco de una chimenea. En este sentido, los zócalos de las puertas también se convierten en una gran opción para decorar con este tipo de corriente de interiorismo, ya que recuerdan a los arcos y puertas típicos de la arquitectura clásica.
Y en cuanto a colores, las normas decorativas a la hora de pintar paredes dictan que estas sean de tonalidades como el blanco, beige o gris claro. En cualquier caso, romper reglas puede funcionar; así que si lo que buscas es un resultado de corte más señorial, teñirlas de dorado, plata u ocre puede ayudarte a conseguirlo.
