Cerveza para ‘dummies’: curiosidades sobre la bebida estrella del ‘Oktoberfest’

Aprovechamos la celebración de esta popular fiesta alemana para recodar unos 'tips' básicos sobre su bebida protagonista: la rica y milenaria cerveza

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El pasado sábado arrancó en Munich una nueva edición del ‘Oktoberfest’, celebración que se prolongará hasta el próximo 6 de octubre. Hace ya muchos años que, debido a las mejores condiciones meteorológicas, esta fiesta arranca en septiembre (a pesar de que su nombre haga referencia al mes de octubre).  

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Y, como cada año, la cerveza está siendo estos días la reina absoluta de tan folclórica cita. Una excusa como otra cualquiera para recordar algunas cuestiones básicas relacionadas con esta popular y antiquísima bebida, que ya elaboraban en el Antiguo Egipto.

VARIEDADES

  • Las cervezas se pueden clasificar en función de distintos factores. Uno de los más extendidos y aceptados es la clasificación en función del tipo de fermentación a la que es sometida. Así, encontramos las cervezas de baja fermentación, llamadas Lager (fermentan a temperaturas bajas, de 0º a 4º, y suelen ser ligeras, espumosas y suaves).
  • Lager significa ‘almacén’ en alemán, lugar donde antiguamente se guardaban para que se conservaran bien frescas.
  • Dentro las lager hay, a su vez, muchos tipos de cervezas, que se clasifican según distintos criterios como su lugar de origen (Pilsen, Munich…), o sus particularidades de elaboración (ahumadas, de centeno, etc).
  • Por su parte, las cervezas de alta fermentación son aquellas que se someten a temperaturas superiores (hasta 24º). De forma genérica se les conoce con el nombre de Ale, aunque también hay subclases: Pale Ale, Indian Pale Ale, Stout, Porter… Son más complejas y aromáticas que las Lager.  
  • También hay cervezas de fermentación espontánea (a través de cepas salvajes de levadura, sin necesidad de inocular la levadura en el mosto). No son cervezas para todo el mundo, ya que tienen una marcada acidez y abundantes notas agrias. Eso sí, a quienes les gustan… ¡les encantan! También aquí hay subcategorías como las Lambic, las Gueuze y las Faro.

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EL ‘PERFECT SERVE’

  • La copa de cerveza donde vayamos a servir la cerveza deberá estar fría, ¡pero no helada! El hielo descarbonata la cerveza, perjudica a la espuma y atenúa en exceso la temperatura de consumo.
  • Lo primero que haremos será refrescar el interior de la copa con agua fría justo antes de servir la cerveza. El siguiente paso: inclinar la copa 45 grados, acercar la botella al borde (sin que se toquen) y dejar que la cerveza se deslice suavemente por la pared interior de la copa de forma más o menos lenta y constante. Una vez llenada la copa en sus tres cuartas partes, la colocamos en posición vertical y continuamos vertiendo el líquido hasta que se vacíe todo el contenido. La cerveza irá golpeando en el líquido ya existente en la copa generándose la corona de espuma.
  • En cuanto a la temperatura de servicio, recuerda que, de forma genérica, las Lager han de servirse más frías (5º aprox), mientras que las cervezas con más cuerpo, las Ale, deben servirse a mayor temperatura (unos 11º) porque, si no, nos perderemos sus notas y aromas.
  • Además, recuerda que cada cerveza ha de servirse en su copa adecuada.

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EN LA MESA

  • Tal y como ocurre en el caso de los vinos, la cerveza cuanta también con sus propias reglas de maridaje. Así, por ejemplo, combina muy bien con los escabeches, las ensaladas y los salpicones de marisco. Los platos con tomate y las verduras de sabores amargos también ofrecen magníficas combinaciones con esta bebida.
  • Asimismo, la cerveza encuentra buenos compañeros de viaje en la salsa de soja, kétchup o mostaza, los pescados ahumados o en salazón, los sabores picantes o muy especiados (guindilla, pimentón, ajo, chile…) o las recetas untuosas a base de queso, huevo, etc.
  • Sin olvidar, por supuesto, el magnífico encuentro entre el chocolate y la cerveza negra. Sus notas a frutos secos o regaliz hacen que funcione a las mil maravillas con el cacao. Si nunca has probado esta combinación, no dejes de hacerlo porque ¡te sorprenderá!

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EN LA COCINA

Además, la cerveza, puede ser un buen compañero en la cocina ya que aporta sabor y matices a muchos platos, como por ejemplo estos:

Mejillones a la cerveza

Una receta tradicional en los Países Bajos, donde se sirve acompañada de unas patatas fritas. Aunque a nosotros esta mezcla nos parezca una 'atrocidad', lo cierto es que marinar estos moluscos con un poco de cerveza, cebolla y mantequilla no es una idea tan descabellada. El resultado es un suave y delicioso aperitivo.

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Pollo al ajillo con cerveza

El pollo al ajillo es una de las recetas más tradicionales y habituales de la cocina casera. Le vamos a dar un toque delicioso de sabor y aroma añadiéndole cerveza a la salsa. Es un plato que admite el acompañamiento de numerosas guarniciones: arroz blanco, patatas fritas o asadas, verduras... ¡y tendrás una opción de lo más completa!

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