5 razones para incluir el albaricoque en tu dieta (y algunas recetas de capricho)

Qué maravilla observar cómo con la llegada de las altas temperaturas los mostradores de las fruterías se llenan de color y variedad. Entre esas delicias típicas de los meses más cálidos no falta el rico albaricoque (conocido también como albérchigo), una fruta con siglos de historia a sus espaldas…

De hecho, las primeras referencias sobre su cultivo se remontan al año 3.000 a.C en China, y fueron los romanos los que introdujeron en Europa esta fruta traída desde Oriente.

Son varias las razones por las que incluir en el carrito de la compra los albaricoques es una buena idea:

• Se trata de un alimento que ahora mismo está de temporada (arranca a finales de primavera y se prolonga todo el verano), por lo que su calidad y precio son mucho más interesantes).
• Son fuente de vitaminas y de minerales como el potasio.
• Su índice calórico es muy bajo (unas 45 calorías por cada 100 gramos de producto) de manera que, consumidos en fresco, pueden ser gran aliado en las dietas enfocadas a la pérdida de peso;
• Resultan diuréticos debido al gran porcentaje de agua en su composición.
• Su rico sabor dulce y su carne jugosa hacen que gusten tanto a niños como mayores y, además, pueden convertirse en ingrediente protagonista de muchísimas recetas. Algunas de lo más healthy, perfectas para la hora del desayuno o la merienda (bowls, batidos…) y otras más próximas a la repostería, para algún capricho ocasional.

A continuación, os mostramos unos cuantos ejemplos de esa versatilidad; para su elaboración necesitaréis albaricoques frescos, pero también proponemos algunas ideas para saborear esta fruta en otras texturas (conservas de almíbar, albaricoques deshidratados…). Para acceder a su modo de elaboración solo tienes que pulsar sobre el nombre de cada receta.

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Paso a paso: Postre de almendra con compota de albaricoque

Aprovechamos la temporada del albaricoque para hacer una rica compota con la que vamos a coronar estos postres elaborados con leche de almendra, servidos en vasitos de cristal individuales. Vistosos y riquísimos.

Paso a paso: Bowl de albaricoques, granola y yogur

Preparamos aquí un sencillo (pero riquísimo) bowl con albaricoques, al que sumaremos también yogur natural (mejor sin azucarar) granola y unos piñones. Una alternativa deliciosa a la hora del desayuno o de la merienda.

Paso a paso: Buñuelos de albaricoque

Aunque los buñuelos no sean un postre que asociemos a las estaciones calurosas, en este caso sí que tienen cierto sabor primaveral gracias al uso de albaricoques para la elaboración de su relleno. Una de las frutas preferidas por muchos, tanto mayores como 'peques', durante los meses en que las temperaturas son más altas.

Paso a paso: Pastel de albaricoque, crema de pistacho y helado de mango

Hacemos en este caso unos pastelitos individuales horneados, sobre los que dispondremos albaricoques en almíbar, bañaremos con una crema de pistacho y chocolate blanco, y coronaremos con un helado de mango (que haremos también de forma casera). ¡Puro festival goloso!

Paso a paso: Chupitos de albaricoques y queso blanco

Otra idea diferente para el desayuno: base de galletas, queso blanco bien batido y albaricoque fresco. Terminamos con un poco de miel y unos frutos secos troceados.

Paso a paso: Tarta de queso y albaricoques

Para esta vistosa tarta con sabor a albaricoque (aquí los usaremos en almíbar) vamos a emplear una mezcla de dos quesos diferentes: por un lado, el clásico queso crema y, por otro, queso tipo Quark (queso batido de textura untuosa, blanca y sabor ligeramente ácido). Verás que la combinación de ambos resulta muy rica.

Paso a paso: Banana bread con pasas y albaricoque

También podemos disfrutar del sabor del albaricoque en estado deshidratado. Se utiliza mucho en bizcochos y otras recetas como este Banana bread que nos encanta para un desayuno o merienda diferente.

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